En el campo de la viticultura, la biodinámica es considerada una filosofía que aboga por una forma de agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. El vino biodinámico surgió en España hace más de 40 años y, a día de hoy, supone el 20% de la totalidad de los cultivos biodinámicos del país. Bodegas de renombre como Cruz de Alba se han sumado a esta tendencia, contribuyendo a que la viticultura biodinámica gane popularidad entre los amantes del vino.
¿Qué hace que el vino biodinámico sea diferente?
El vino biodinámico se distingue por ser la máxima expresión de la sostenibilidad en viticultura. No solo se enfoca en la supresión de fertilizantes químicos o aditivos en el viñedo, sino que trasciende a una filosofía de trabajo y vida que busca alcanzar un equilibrio perfecto entre el viñedo y su entorno. La viticultura biodinámica, entiende el viñedo como un ente vivo que interactúa con su entorno, y que la sostenibilidad y la biodinámica van de la mano.
La práctica agrícola biodinámica es ecológica, regenerativa y positiva a la vez, restituyendo al suelo y a la naturaleza más de lo que se ha tomado. Para lograrlo, se trabaja siguiendo los ritmos naturales y las energías vitales de la naturaleza. Este respeto a los ciclos naturales es fundamental, según palabras del enólogo de Cruz de Alba, Sergio Ávila, ya que «somos invitados a esta tierra, y cuanto más la respetemos, más profundo llegaremos a conocerla y más nos dará el futuro”.
Sobre los viñedos de Cruz de Alba, Sergio Ávila destacó el cuidadoso y minucioso manejo de las viñas, con la finalidad de obtener un rendimiento equilibrado y sostenible, sin presiones ni estrés añadido para las cepas. Esta práctica biodinámica ha permitido obtener vinos afrutados y jugosos, además de vibrantes y únicos, que reflejan la esencia de su proveniencia, el lugar y las condiciones climatológicas del año.
El vino biodinámico busca conseguir la máxima expresión del terroir, integrando la gestión del viñedo en armonía con el entorno y los elementos naturales.
A este compromiso con el entorno y la sostenibilidad, se suma la influencia astrológica. Los ritmos de la luna, el sol y los planetas son fundamentales en el calendario biodinámico. Este calendario define los trabajos agrícolas en función de la influencia cósmica.
Aunque a algunas personas les puede parecer una extravagancia, adoptar esta filosofía de trabajo está demostrando ser muy exitoso. Las bodegas que la practican están obteniendo excelentes resultados y cosechando reconocimientos internacionales, y, definitivamente, cambiando el mundo del vino para mejor.