Sakkie Mouton, proveniente de la costa oeste de Ciudad del Cabo en Vredendal, se educó con la intención de ser músico. Sin embargo, su destino le condujo hacia un camino muy distinto, la creación y producción de vinos en sus tierras de origen. Un tiempo que comenzó con un trasfondo musical, sigue aún vibrando en su vida, aunque desde un prisma muy distinto y, quizás, más enriquecedor.
El debut en el mundo del vino
Al principio, Sakkie Mouton se trasladó a Elsenberg para estudiar en su reconocida escuela agrícola. Durante este período, observó con interés la peculiaridad y sentido de la creatividad de los alumnos que estudiaban enología, lo que le incitó a explorar su propia creatividad a través de los viñedos. Al graduarse, emprendió un viaje para adquirir experiencia vitivinícola en varios lugares del mundo: Estados Unidos, Alemania, Francia y Nueva Zelanda. De vuelta en casa, trabajó brevemente como enólogo asistente en las Bodegas de Orange River y luego en Muratie, lugar donde creó su primer tinto, Revenge of the Crayfish.
A pesar de crecer en una región dominada por bodegas cooperativas, decidió desmarcarse para abrir su propio camino y dar vida a su propio vino. Encontró una viña, propiedad de un amigo de su padre, situada en un remoto y áspero terreno arenoso, donde crecían las uvas Chenin blanc. Ante la amplia competencia de otros productores de Chenin, eligió distinguir su vino incorporando en la etiqueta una ilustración basada en los carteles de las películas de terror de los años 50, y no mencionando la variedad de uva.
El establecimiento de su propia bodega
Con un ahorro personal de 90 000 Rand, Sakkie regresó de Oregon en diciembre de 2019 y decidió abrir su propia bodega. Una bodega de la costa oeste llamada Fryers Cove le ofreció la oportunidad de elaborar su vino allí, a cambio de que él también produjese para ellos. Sin embargo, tras la adquisición de Fryers Cove por DGB, decidió trasladarse a Cape Town Wine Hub, donde embotelló sus vinos.
En 2021, encontró su actual hogar en una antigua bodega en Wellington. Aunque el lugar no ofrecía gran cantidad de recursos, salvo algunos tanques de acero inoxidable y un sistema de enfriamiento defectuoso, decidió seguir adelante y adaptarse a las circunstancias.
¿Y qué ha sucedido con su sueño musical? Lo ha entrelazado con su pasión vinícola y ahora crea vídeos musicales para cada uno de sus vinos, un detalle innovador que ha ayudado mucho en la promoción y difusión de sus creaciones, como su destacado Vermentino.
Hoy, Sakkie Mouton sigue explorando nuevas variedades de uva para su región, favoreciendo la diversificación en sus viñedos y apostando por innovadoras formas de producción. Un camino que comenzó con una guitarra y armónica, se ha convertido ahora en un pincel que con cada pincelada, cada cepa, da lugar a una nueva sinfonía aromática y gustativa que danza en copas alrededor del mundo.
