Achaval Ferrer: Ejemplo de excelencia argentina en la vitivinicultura
Dicen que el buen vino mejora con los años. La bodega de Achaval Ferrer es una prueba viviente de esta premisa. Desde su creación en 1998 por cuatro amigos, ha ido ganando tracción hasta ser considerada hoy en día una de las bodegas argentinas más celebradas.
El inicio y consolidación de Achaval Ferrer
La historia de esta bodega se remonta a hace más de dos décadas, cuando cuatro amigos decidieron apostar por la vitivinicultura. Santiago Achaval y Manuel Ferrer, cuyos nombres figuran en la etiqueta, lideraron junto con un compatriota y el reconocido enólogo Roberto Cipresso este innovador proyecto. La idea original era traer a Roberto a Argentina y plantar las raíces de estas viñas, un plan que cambiaría cuando descubrieron un antiguo viñedo en Altamira, plantado en 1950. En lugar de iniciar desde cero, apostaron por revitalizar estas antiguas viñas, focalizándose en la creación de vinos de un solo viñedo que reflejaran completamente la calidad y el sitio específico de cada cepa.
En 2011, la bodega fue adquirida por la empresa Tenuto del Mundo, aunque fiel a sus principios, Achaval Ferrer ha mantenido incesante su compromiso con la calidad del vino. La entrada del enólogo Gustavo Rearte en 2013, quien desde 2015 lidera las operaciones de la bodega, vino a reforzar esta visión.
Sea, en Altamira, en de Lujan de Cujo o en Valle de Uco, la filosofía de la bodega siempre ha sido la misma: respetar y realzar el talento y las características únicas de cada viñedo. Un claro ejemplo de esta filosofía es su reciente adición, un blend blanco bajo la etiqueta Quimera.
A finales de 2019, la bodega daba un paso importante al adquirir la bodega Melipal. Con esta compra, Achaval Ferrer ganó acceso al viñedo Las Nazarenas, plantado en 1923, y se rumorea que a partir del 2025 lanzarán un cuarto vino Finca aprovechando estas añejas viñas.
Esta bodega sigue escribiendo su historia en el ámbito mundial de la vitivinicultura, marcando hitos y redefiniendo la producción de vinos finos en Argentina. Y es segura una cosa, seguirán apostando por sus viñedos, sus talentos y su pasión por el vino. Solo nos queda esperar y disfrutar con cada sorbo de las creaciones de Achaval Ferrer.