Plaimont, la cooperativa de vinos francesa compuesta por aproximadamente 600 familias productoras, continúa cautivando al sector vitivinícola por su excepcional trabajo en la recuperación de variedades de uva que casi han desaparecido. Siendo líderes en la producción de Saint Mont, Madiran y Pacherenc du Vic Bilh, Plaimont destaca no sólo por su extensa producción milenaria, sino también por su intensa labor de investigación y rescate de variedades antigüas.
Apuesta por variedades de uva antiguas
En su compromiso por fomentar una diversidad vitivinícola beneficiosa para la industria, Plaimont ha invertido sus recursos en variedades indígenas con un enfoque especial en aquellas que casi desaparecieron después de la plaga de filoxera. Como resultado, su conservatorio de variedades antiguas, plantado por primera vez en 1830, se ha convertido en un monumento histórico.
El Conservatoire Ampélographique, una colección que Plaimont ha plantado en Pouydraguin en 2002, se compune de unas 20 cepas de 37 variedades viníferas diferentes, una vid silvestre (V.sylvestris), y una versión tetraploide de la variedad Pinenc. De estos viñedos, realizan microvinificaciones cada año.
Tardif, una de las variedades, ha demostrado ser especialmente prometedora. Esta uva produce vinos encantadores con una graduación moderada de alcohol y un toque de pimienta bastante acentuado, producto de altos niveles de un compuesto químico llamado rotundona. Algunas de estas variedades, como Tardif, ofrecen una solución para la problemática del cambio climático, al madurar con un potencial de alcohol muy bajo. Las luchas por obtener el permiso para usar estas variedades y otras ha rendido frutos, resultando en la inclusión de Tardif en la denominación este año.
Dentro de las variedades rescatadas cabe destacar el Manseng Noir, que pese a caer en desuso, ha demostrado ser excepcional al mantener su frescura incluso en las cosechas en climas cálidos, manteniendo niveles moderados de alcohol. Estudiada durante una década, Plaimont comenzó a replantarla en 2010. En la actualidad, la cooperativa cuenta con más de 30 hectáreas de esta variedad.
La atención minuciosa, la calidad impecable y la pasión por la diversidad vitivinícola de Plaimont demuestra que en el mundo del vino, a veces lo antiguo puede ser sorprendentemente nuevo, emocionante y sobre todo, sabroso. Sus vinos de variedades ‘revividas’ continúan triunfando en el mercado y ofreciendo nuevas y emocionantes opciones a los amantes del vino de todo el mundo.
