En una situación de complejidad económica sin precedentes, el sector vinícola de la Rioja se encuentra sumido en el desafío de encontrar una salida a la crisis que golpea a toda su industria. Desde el alto índice de bodegas que han tenido que cerrar sus puertas, hasta el descenso en la demanda por parte del consumidor a nivel nacional, los impactos son perceptibles y notorios.
Factores externos como la pandemia del COVID-19 y el aumento en los impuestos a la importación de vino en algunos países han golpeado de manera inmediata y drástica a este sector tradicionalmente fuerte en la economía española. Así, uno de los sectores más emblemáticos de la región de la Rioja se enfrenta a un reajuste complicado, en el que innovar y adaptarse se tornan acciones imperativas.
A pesar del difícil panorama, no todo es negativo para el sector vinícola riojano. Existen medidas que, si se toman en el momento oportuno, podrían facilitar su recuperación. En este sentido, la adopción de nuevas estrategias de marketing digital, la inclusión de productos innovadores y la apertura hacia mercados internacionales, podrían ser una posible salida a esta crisis.
Entre las estrategias que se están considerando, destacan las siguientes:
1. La diversificación de productos: La elaboración de nuevos tipos de vinos, con variaciones en su proceso de vinificación, puede atraer a nuevos segmentos de clientes, así como satisfacer la demanda de los consumidores más exigentes.
2. La apertura a nuevos mercados: Mientras que la demanda en el mercado local puede estar en descenso, aún existen mercados emergentes en los que el vino de la Rioja podría tener un gran impacto.
3. El uso de tecnologías digitales: A través del eCommerce y otras herramientas digitales, las bodegas podrían llegar a zonas geográficamente remotas, aumentando así su base de clientes potenciales.
4. El refuerzo de la marca ‘Rioja’: Aprovechar la notoriedad y prestigio de esta denominación de origen, reforzándola a través de campañas de publicidad y programas de fidelización, puede ser crucial para mantener el interés del consumidor.
Si bien este camino se presenta arduo y lleno de incertidumbre, el sector vinícola de la Rioja ha mostrado a lo largo de la historia su capacidad de resiliencia y adaptabilidad a los tiempos difíciles. En esta ocasión, con la suma de esfuerzos, innovación y una estrategia sólida, el sector puede enfrentar la crisis y salir reforzado en el proceso.