Tradición y resultado: la vendimia en la Denominación de Origen Utiel-Requena
Da comienzo una de las tradiciones con más arraigo en la región vinícola de la Denominación de Origen Utiel-Requena: la vendimia. Este acontecimiento no es simplemente un proceso, sino el culmen de todo un año de duro trabajo, en el cual se pone de manifiesto la interacción histórica entre el hombre y la vid. Es el momento que demarca el destino de cada añada y termina forjando la identidad del vino característico de la zona.
Indudablemente, la vendimia no es solo recolectar uvas
El inicio de la vendimia se encuentra a merced del clima, un factor que ha llevado adelante el comienzo de la vendimia en la DO Utiel-Requena en comparación con años anteriores debido a una primavera fresca y lluviosa seguida de un verano muy seco y caluroso. Esto ha empezado a marcar el calendario de recolección a finales de agosto para las variedades blancas y principios de septiembre para las tintas.
Además del momento, la vendimia también se rige por la variedad de uva. Cada una tiene su propio ritmo, usualmente empezando por la variedad Chardonnay y terminando con la uva Bobal, la variedad autóctona de la DO Utiel-Requena. La ubicación del viñedo, en la zona alta o baja de la DO, también influye en el momento de arranque de la recolección.
Por lo general, se destinan entre 30 a 45 días para la vendimia en esta región, pero ese periodo no significa que la recolección sea continua. Cada viticultor adapta su propia estrategia de acuerdo con la variedad de uva y las condiciones climatológicas de ese año.
Del viñedo a la copa
La decisión de cuándo iniciar la vendimia es determinada por el clima y el enólogo, quien examina muestras regulares del viñedo para analizar diversos parámetros físico-químicos. Sin embargo, todo comienza realmente con la cata, donde los matices de la piel, la pulpa y la pepita toman protagonismo.
Una vez finalizada la vendimia, los vinos jóvenes recolectados ya están en pleno proceso de fermentación. Los primeros en poder ser degustados suelen ser los vinos blancos y rosados a finales de año, seguidos de los tintos a principios del año siguiente. Sin embargo, los vinos crianza y reserva requieren de fermentaciones y elaboraciones más largas. En la comarca, un vino reserva suele pasar unos 36 meses en bodega y un crianza unos 24.
En resumen, más que tradición, la vendimia en la Denominación de Origen Utiel-Requena es un arte donde los viticultores se convierten en artistas para crear auténticas obras maestras embotelladas.