Bodegas Barmès-Buecher, productor de vinos de Alsacia situado en Wettolsheim, ha estado atrayendo el interés de los conocedores del vino internacionalmente. Este negocio familiar está dirigido actualmente por Sophie y Maxime, quienes recientemente han realizado cambios significativos tanto en sus viñedos como en sus métodos vinícolas.
Trayectoria de la Viña
Maxime asumió la gestión de la bodega a los 21 años después de la muerte de su padre en 2011. Desde joven, pasó mucho tiempo en la bodega aprendiendo del oficio de su padre. Sin embargo, según su decir, el trabajo más duro para él está en la viña y coincide en señalar que el trabajo en bodega le resulta más sencillo. Quizá por ello, siempre necesitó tener a cinco o seis personas trabajando en la viña.
La transición a la viticultura biodinámica comenzó con el padre de Maxime en 1998, logrando la certificación en 2001. Sophie recuerda que este cambio fue un gran desafío para su padre, pues implicó un trabajo difícil y también polémico, ya que su abuelo no estaba de acuerdo con los cambios.
Maxime ha ido incluso más allá en el compromiso ecológico de la bodega, plantando árboles en la viña para aumentar su biodiversidad y utilizando un cultivo de cobertura mixto sembrado en otoño en filas alternas. Estos esfuerzos han tenido un impacto positivo en la calidad de los vinos, que ahora se consideran sobresalientes.
El catálogo de vinos de Barmès-Buecher destaca por su excelente calidad, con una variedad que incluye Cremant d’Alsace Brut Nature, Rosenbeg Sylvaner, Sand Pinot Blanc, entre otros. Cada vino tiene sus características únicas. Por ejemplo, el Rosenbeg Sylvaner 2022 Alsace, que es lineal, brillante y puro, tiene una transparencia en la fruta de lima y pera con un toque de manzana verde.
Los clientes y críticos tienen una reacción muy positiva ante sus vinos, destacando su precisión y enfoque en la calidad de la fruta. Los vinos de Barmès-Buecher son un testimonio del trabajo duro y la dedicación que esta familia ha invertido en su viñedo y en su bodega. Su compromiso con el cultivar de manera sostenible y ecológica es una prueba de que el vino puede ser tanto un arte como una ciencia.
