El viaje de Robert Gilvesy y su bodega húngara
Originario de una granja en la zona de Lake Erie en Ontario, Canadá, Robert Gilvesy siempre estuvo vinculado a sus raíces húngaras a través de sus padres. Tras una visita a su patria ancestral a la edad de 15 años, este vínculo con Hungría creció. Después de una etapa trabajando como arquitecto en París, el llamado de su tierra lo llevó a mudarse a Hungría, una vez había caído el Muro de Berlín. Habiendo experimentado ambos mundos, en 2012 fundó una bodega, donde comenzó a producir vinos orgánicos desde 2014 tras la reconstrucción de la vieja bodega tradicional.
El Terroir de la Bodega Gilvesy
La bodega Gilvesy, ubicada en Mount Saint George (también conocido como Szent György-Hegy), se caracteriza por un terroir muy específico. El lugar, una antigua colina volcánica al sur del Lago Balaton, cuenta con suelos basados en basalto volcánico, el cual ha sido erosionado y en ciertas áreas está cubierto con loess, arena y arcilla.
En este territorio específico, Robert Gilvesy decidió producir su vino. Las vides, algunas heredadas de la época comunista y otras plantadas por él mismo, le han permitido cultivar algunas variedades de uva muy específicas, como la Riesling, Furmint, Olaszrizling y Sauvignon Blanc.
La bodega tiene un legado histórico considerable, cuyos inicios datan del siglo XVII, época en la que formó parte de la finca Esterhazy.
Los Vinos de Gilvesy
Los vinos producidos por Gilvesy tienen una variedad y calidad notable. El «Gilvesy St George Cuvée 2021», un blend de Furmint, Olaszrizling y Rajnai Rizling, tiene una brillantez e intensidad agradable, con deliciosas notas de lima, manzana verde y un toque de piedra mojada, ofreciendo un equilibrio bien logrado en este blanco seco.
La «Gilvesy Mogyorós Sauvignon Blanc 2019» es una variedad distintiva de Sauvignon que resalta aromáticamente con notas de aromas de saúco, una pista herbal y flores de lima, así como un toque de cardamomo. Su paladar es fresco y trae un giro de menta, hierba de limón y un toque de pomelo. Y «Gilvesy Pixu Furmint 2022», un Furmint con un excelente toque de manzana magullada y limón, con un fuerte aroma de talco y un toque de mar.
Estos vinos, entre otros, han conseguido hacer de la Bodega Gilvesy todo un referente en el sector vinícola húngaro, consolidando su éxito en un mercado internacional cada vez más competitivo.