En el corazón del Altiplano de Granada, una región conocida por su historia y paisajes únicos, Bodegas Vilaplana se erige como un ejemplo de cómo tradición, sostenibilidad e innovación pueden converger para dar lugar a vinos excepcionales. Luis Vilaplana, el alma detrás de esta pequeña bodega familiar, no solo produce vino, sino que también cultiva una filosofía de respeto por la tierra, la historia y el medio ambiente.
Un enclave histórico con alma vitivinícola
La ubicación de las Bodegas Vilaplana en Caniles, al norte de Granada, no es casual. Esta tierra ha sido testigo del cultivo de la vid desde la época romana, y más tarde, entre 1507 y 1570, los moriscos continuaron esa tradición, dejando un legado de viñedos que hoy sigue vivo gracias a iniciativas como la de esta bodega. El Altiplano de Granada es una zona privilegiada, tanto por su historia como por sus condiciones naturales, que hacen de este lugar un paraíso para el cultivo de la vid.
“El clima aquí es único”, explica Vilaplana. La amplitud térmica día/noche, típica del clima continental con influencia mediterránea, es crucial para una maduración lenta y completa de las uvas, lo que se traduce en un equilibrio ideal entre azúcares y acidez. A esto se suma la riqueza mineral de los suelos, que aunque son pobres en nitrógeno y materia orgánica, aportan una personalidad única a las uvas. Pero el factor que marca una diferencia significativa es la altitud: las viñas de Vilaplana se encuentran a 1.000 metros sobre el nivel del mar, un detalle que potencia las características de cada cepa.
Recuperando el pasado para mirar al futuro: la variedad Jaén Blanca
Uno de los proyectos más apasionantes de Bodegas Vilaplana es la recuperación de variedades autóctonas, en especial la Jaén Blanca, una uva local que había quedado en el olvido. Luis y su equipo han trabajado arduamente para devolverle el protagonismo a esta cepa, integrándola con otras variedades cuidadosamente seleccionadas y aclimatadas, como Macabeo, Garnacha tinta, Tempranillo y Chardonnay.
Desde 1996 hasta 2006, Vilaplana y su equipo se dedicaron a plantar y observar múltiples variedades, sometiéndolas a un riguroso proceso de vinificación experimental para determinar cuáles se adaptaban mejor al terreno y ofrecían una mayor calidad. Este enfoque meticuloso es prueba de su compromiso por ofrecer vinos que no solo sean deliciosos, sino que también cuenten una historia sobre el lugar donde nacen.
Viticultura ecológica: un compromiso con la sostenibilidad
La sostenibilidad no es solo una palabra de moda para las Bodegas Vilaplana; es una parte integral de su identidad. Certificadas como viñas ecológicas, su forma de trabajar se basa en prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente. “No usamos productos químicos ni pesticidas”, señala Vilaplana. En lugar de eso, utilizan estiércol de sus yeguas y, cuando es necesario, adquieren compost ecológico. Además, los restos de poda y los subproductos de la vinificación se reincorporan al ciclo natural, convirtiéndose en nutrientes para la viña.
La apuesta por el medio ambiente no se detiene en la viña. En la bodega, el uso de depósitos de acero inoxidable asegura que no se incorporen elementos externos al vino, permitiendo que cada botella refleje de manera pura las características de las uvas y el entorno del Altiplano de Granada.

Elaboración con mínima intervención: dejar que la naturaleza hable
La filosofía de mínima intervención es un pilar fundamental en Bodegas Vilaplana. Luis Vilaplana lo resume de manera clara: “Nosotros acompañamos el proceso natural del mosto al vino, interviniendo lo menos posible”. Este enfoque comienza en el momento de la cosecha, cuando las uvas se recolectan en su punto óptimo de maduración, se transportan frescas y enteras a la bodega y pasan por una estricta selección manual.
Gracias a esta atención al detalle, las uvas llegan a la fermentación en perfectas condiciones, garantizando vinos equilibrados y llenos de carácter. La combinación de técnicas tradicionales con una tecnología moderna, pero respetuosa, permite a Vilaplana crear vinos que son un verdadero reflejo del terroir del Altiplano de Granada.
El desafío del cambio climático
El cambio climático es una preocupación global, y su impacto no pasa desapercibido en la viticultura. Sin embargo, las características únicas del Altiplano, como la altitud y las variaciones climáticas, ofrecen cierta resistencia natural. “El problema más grave para nosotros es la sequía”, admite Vilaplana. En respuesta, han implementado técnicas como el cultivo en vaso tradicional y un control riguroso del riego, adaptándose de manera ingeniosa a las condiciones cambiantes.
En la bodega, los efectos del cambio climático son menos pronunciados gracias a un excelente aislamiento y equipos de refrigeración modernos que permiten mantener las fermentaciones bajo control. “Hasta ahora, hemos conseguido que el cambio climático no afecte a la calidad de nuestros vinos”, comenta Vilaplana con optimismo.
Planes para 2025: crecer con los pies en la tierra
El futuro de las Bodegas Vilaplana es prometedor, pero siempre fiel a sus principios. Para este año, sus objetivos incluyen finalizar la nave de elaboración, lo que les permitirá trabajar con mayor comodidad y capacidad, así como lanzar un nuevo vino al mercado. Además, buscan abrir sus puertas a más visitantes, ofreciendo experiencias que incluyan recorridos por las viñas, visitas a la bodega y catas guiadas.
Esta combinación de tradición, sostenibilidad y hospitalidad refuerza su posición como una de las bodegas más auténticas y comprometidas del Altiplano de Granada.
Un vino que cuenta historias
Los vinos de Bodegas Vilaplana no son solo un producto; son una ventana al pasado, una expresión de la tierra y un testimonio del trabajo apasionado de una familia dedicada a preservar lo mejor de la tradición vitivinícola. Cada botella lleva consigo no solo el sabor de las uvas, sino también la esencia de un lugar único en el mundo.Si buscas algo más que un vino, algo que capture la magia del Altiplano de Granada y la pasión por el oficio, Bodegas Vilaplana es el destino perfecto. Sus vinos no solo cuentan historias, sino que también invitan a formar parte de ellas. ¡Descúbrelo y déjate conquistar por su sabor y autenticidad!