La Denominación de Origen La Mancha ha presentado un cierre de 2024 alentador, evidenciado por un ligero aumento en la comercialización de botellas. Este dato, aunque modesto, refleja una recuperación efectiva tras los desafíos enfrentados en los últimos años. En total, se han vendido 60.763.005 botellas bajo este sello de calidad, lo que implica una subida del 0,28% respecto a 2023, año que había registrado 60.595.286 botellas.
La tendencia positiva en el mercado nacional es particularmente notable: las ventas en España alcanzaron los 44.248.845 botellas, representando un incremento del 6,44%. Esto sugiere una reactivación en el interés por los vinos manchegos, impulsada por un repunte en la industria de la alimentación y un aumento en el consumo doméstico. Por otro lado, las ventas internacionales han sufrido un descenso considerable; específicamente, se registraron 15.818.685 botellas vendidas, marcando una caída del 13,63% con respecto al año anterior. Este retroceso se atribuye a condiciones desfavorables en el ámbito global, como la inflación y conflictos como la guerra en Ucrania, que continúan afectando a la cadena de suministro.
Desafíos en los mercados de exportación
En el ámbito internacional, las dificultades se acentúan con la disminución de las importaciones en China, que han caído un 21,25%, colocando al gigante asiático en el cuarto puesto de los consumidores de vino manchego. Esta situación ha permitido que Japón resurja como el principal comprador en Asia, con 1.209.060 botellas importadas. En América, México se destaca como el principal comprador, con 656.376 botellas.
Dentro de la Unión Europea, Alemania continúa liderando las importaciones, con unas impresionantes 5.083.300 botellas. Le siguen Países Bajos y Polonia, en un entorno donde la inestabilidad económica ha ejercido una notable presión.
Con la mirada puesta en el futuro, el Consejo Regulador de la D.O. La Mancha ha tomado medidas proactivas, como adaptar el formato de envasado e introducir nuevas variedades de uva, centrándose especialmente en el albariño. Esta estrategia busca diversificar la oferta y adaptarse a las demandas del mercado moderno, lo que podría resultar crucial para mantener la competitividad frente a una evolución del consumo que comienza a inclinarse hacia los vinos blancos.
La D.O. La Mancha no solo se enfrenta a un entorno desafiante, sino que también está claramente comprometida con la sostenibilidad y el desarrollo a largo plazo, luchando por mantener la relevancia en el panorama vitivinícola español y mundial.