En el contexto de la creciente popularidad de la inversión en vinos, el Champagne ha emergido como un activo valioso y deseado, especialmente durante la temporada navideña. La festividad que rodea a esta bebida icónica destaca no solo su capacidad para complementar celebraciones, sino también como una opción para diversificar carteras de inversión. Las declaraciones de expertos en el sector, como Angélique de Lencquesaing, co-fundadora de iDealwine, sugieren que el Champagne, aun siendo consumido, puede ser un vehículo patrimonial significativo. En este artículo, exploraremos el papel del Champagne como inversión y su evolución en un mercado cambiante.
La dualidad del Champagne: consumo y inversión
El prestigio del Champagne radica en su complejidad y su legado, pero también en su capacidad de apreciación a largo plazo. Un aspecto fundamental a tener en cuenta es su potencial como inversión. Muchos coleccionistas e inversores observan cómo algunas botellas pueden aumentar su valor con el tiempo, si son almacenadas en condiciones adecuadas. A continuación, se presentan algunos aspectos relevantes:
- Tipos de Champagne: El Champagne «brut sin año» es fácil de encontrar y suele ser la carta de presentación de las grandes casas. Sin embargo, los champagnes millésimés son los que realmente capturan el interés de los inversores, ya que están sujetos a condiciones específicas de cosecha.
- Condiciones de almacenamiento: Para que una botella de Champagne mantenga o incremente su valor, debe ser conservada en un entorno controlado, evitando temperaturas extremas y variaciones de humedad.
- Demanda en el mercado secundario: El mercado de subastas de vino ha visto una notable participación de Champagne, con un crecimiento en las ventas que supera el 5% del total en 2023, indicando un creciente interés.
La apreciación del Champagne a menudo se ve como una extensión de la cultura francesa y su asociación con celebraciones. Sin embargo, el contexto global actual, marcado por acontecimientos económicos y geopolíticos, ha hecho que las grandes casas de Champagne experimenten una disminución en las ventas. Exactamente, se ha registrado un descenso del 8,2% en 2023, lo que contrasta con el dinamismo observado en el mercado de inversiones.
En resumen, aunque el Champagne puede ser visto principalmente como una bebida festiva, su dimensión como activo de inversión está tomando un nuevo protagonismo, ofreciendo a los inversores una oportunidad para diversificar sus portafolios en un mercado cada vez más versátil.