San Valentín es la excusa perfecta para detener el tiempo y celebrar el amor. Cada detalle de esta velada importa: la iluminación tenue, una mesa bien decorada, música suave y, por supuesto, una copa de vino que acompañe cada instante con la elegancia que merece. Para aquellos que buscan una experiencia única, El Capricho de Ana, de Bodegas Ruiz Alfaya, es la elección ideal.
Este clarete de Garnacha Tinta y Tempranillo Blanco es un homenaje a la tradición vitivinícola de la D.O.Ca Rioja Alta, pero con un toque contemporáneo que lo hace irresistible. Su delicada crianza sobre lías en barrica de roble francés durante cinco meses le otorga una textura envolvente y una complejidad aromática que enamora desde el primer sorbo.
Acompañar una cena romántica con este vino significa elevar la experiencia gastronómica a otro nivel, creando un momento especial donde los sentidos sean los verdaderos protagonistas.
Un Vino con Historia: Tradición y Pasión en Cada Copa
El Capricho de Ana es el resultado de una combinación perfecta entre tradición e innovación, donde la Garnacha Tinta y el Tempranillo Blanco se unen en armonía. Cada variedad aporta sus características únicas para dar vida a un clarete con identidad propia:
- Garnacha Tinta (Finca San Juan del Espino, 2002, Castilseco – La Rioja)
- Aporta estructura, volumen en boca y notas de frutos rojos frescos.
- Su cultivo en tierras riojanas le confiere una madurez óptima y un carácter vibrante.
- Tempranillo Blanco (Finca Tarranduz, 2004)
- Contribuye con frescura, acidez y notas florales que equilibran el vino.
- Su fermentación en barrica permite conservar su expresión frutal y potenciar su complejidad.
Este vino no solo es el resultado de una meticulosa selección de uvas, sino también de un proceso de elaboración que busca extraer lo mejor de cada variedad, asegurando que cada botella contenga la esencia de los viñedos de Bodegas Ruiz Alfaya.
Elaboración: Un Proceso Cuidado Hasta el Último Detalle
La creación de El Capricho de Ana sigue un método artesanal que garantiza un producto final de gran calidad y personalidad.
- Selección de la uva: Cada variedad se cosecha en su punto óptimo de maduración para preservar su frescura y complejidad aromática.
- Prensado y clarificación: Las uvas pasan por un prensado delicado y un primer clarificado natural, asegurando la pureza del mosto.
- Fermentación en barrica: En lugar de fermentar en depósitos de acero inoxidable como la mayoría de los claretes, este vino fermenta en barricas de roble francés, lo que le otorga mayor volumen en boca y una textura sedosa.
- Crianza sobre lías finas: Durante cinco meses, el vino permanece en contacto con sus lías, que se remueven periódicamente mediante la técnica del batonnage, aportando mayor complejidad y persistencia en boca.
Este proceso no solo mejora la estructura del vino, sino que también le confiere una elegancia única, ideal para maridar con platos sofisticados en una cena especial.
Notas de Cata: Un Vino que Enamora
El Capricho de Ana es un vino que seduce desde el primer instante. Sus características organolépticas lo convierten en una opción perfecta para quienes buscan un clarete con personalidad y elegancia.
- Color: Su tono piel de cebolla es limpio y brillante, reflejando la delicadeza de su elaboración.
- Aroma: Destaca por su intensidad aromática, con una combinación única de plátano y flores blancas, aportadas por el Tempranillo Blanco, y matices de frutos rojos como la frambuesa, procedentes de la Garnacha Tinta. Las notas tostadas del roble francés añaden un sutil toque especiado que le da mayor profundidad.
- Boca: En el paladar, su entrada es suave y sedosa, con una acidez equilibrada que aporta frescura. Su retrogusto evoca la combinación de frutas blancas y rojas con un elegante fondo especiado.
Su estructura y persistencia lo convierten en un vino ideal para maridar con una cena especial de San Valentín, donde cada sorbo invita a disfrutar del momento.

Maridaje: La Combinación Perfecta para una Cena Romántica
El Capricho de Ana es un vino versátil, capaz de realzar los sabores de diferentes platos y complementar una cena de San Valentín con su elegancia y frescura. Algunas sugerencias de maridaje incluyen:
- Entradas: Ideal para acompañar aperitivos ligeros como carpaccios, tartar de salmón o ensaladas con frutos secos y queso de cabra.
- Pescados y mariscos: Su frescura lo hace perfecto para platos como langostinos, ostras, sushi o ceviche, resaltando su acidez y equilibrio.
- Carnes blancas: Se adapta a la perfección con pollo, pavo y cerdo en salsas suaves, potenciando su jugosidad y resaltando sus matices.
- Quesos y ahumados: Combina a la perfección con quesos semicurados y productos ahumados, como jamón ibérico o bacalao ahumado.
Para disfrutar al máximo de sus cualidades, se recomienda servir a una temperatura de 8-10°C.
Un Vino con Alma para una Noche Especial
El Capricho de Ana no es solo un vino, es una experiencia. Su complejidad, elegancia y equilibrio lo convierten en la opción perfecta para quienes buscan sorprender con una cena especial en San Valentín.
Cada copa invita a un viaje sensorial donde la tradición y la innovación se encuentran, dando como resultado un clarete con identidad propia, capaz de cautivar a cualquier paladar.
En esta fecha tan especial, donde los detalles marcan la diferencia, brindar con El Capricho de Ana es la mejor manera de celebrar el amor. Su frescura, su estructura sedosa y su perfil aromático único lo convierten en el acompañante ideal para una velada inolvidable.
Porque en San Valentín, el amor se expresa en cada detalle, y un vino excepcional puede hacer que cada momento se vuelva eterno.