Enclavada en la histórica finca El Cabeço, en Bocairent (Valencia), la bodega Toni Beneito representa un renacer del arte vinícola con raíces profundas. Su historia nos transporta al siglo XIX, cuando en 1880 se creó una bodega que floreció gracias a los viñedos de esta tierra privilegiada. Sin embargo, los estragos de la filoxera a finales del siglo XX arrasaron con los viñedos, dejando la bodega en el olvido. Toni Beneito y su equipo no se rindieron ante el desafío de reconstruirla en 2021.
“Intentamos reconstruir la bodega original, pero debido al mal estado, tuvimos que empezar desde cero. Hoy tenemos una instalación completamente nueva, equipada con los mejores medios para garantizar vinos de calidad”, explica Beneito. Así, lo que comenzó como un proyecto de recuperación se ha convertido en una joya moderna que respeta el legado de sus antepasados.
Variedades ancestrales para un mercado saturado
En un sector donde las propuestas abundan, la bodega Toni Beneito destaca por su enfoque en variedades poco comunes. “Queremos hacer algo diferente, algo que nadie más ofrezca”, asegura Beneito. Sus viñedos albergan cepas jóvenes clonadas de viñas centenarias, dando vida a las variedades Tortosí, un blanco excepcional, y Bonicaire, un tinto ligero y único.
Estas variedades no solo son raras, sino que casi no tienen competencia. “Podemos decir con orgullo que nuestra oferta es una novedad en un mercado donde parece que todo ya está inventado”, comenta el fundador. Además, la bodega combina viñedos recuperados con plantaciones modernas, lo que les permite asegurar un futuro lleno de oportunidades para estas uvas ancestrales.
Tradición y tecnología en la vinificación
La filosofía de Toni Beneito es un homenaje a la tradición con un toque de modernidad. “Nuestro objetivo es confeccionar vinos como lo hacían nuestros antepasados, pero usando la tecnología más avanzada disponible”, detalla el propietario. En la bodega, todo comienza con una vendimia manual en cajas de 12 kilos, seguida de una minuciosa selección de granos. El uso de una prensa neumática permite un trato delicado de las uvas, mientras que las fermentaciones tienen lugar en tinos y barricas de roble francés.
Este equilibrio entre lo antiguo y lo moderno no es casualidad. “Respetamos cada etapa del proceso, porque creemos que los grandes vinos son el resultado de pequeños detalles”, subraya Beneito.
Compromiso ecológico y sostenibilidad tota
El respeto por el medio ambiente es uno de los pilares de la bodega Toni Beneito. “Estamos comprometidos al máximo con la naturaleza. Nuestros vinos ya cuentan con certificaciones de agricultura ecológica y vegana, porque queremos que cada botella sea un reflejo de nuestro respeto por el entorno”, afirma Beneito con orgullo.
La bodega también está equipada con una instalación fotovoltaica que asegura la autosuficiencia energética. “Nuestra huella de carbono es de cero, algo que pocas bodegas pueden decir”, añade. Este enfoque sostenible no solo posiciona a la bodega como un referente ecológico, sino que también refuerza su compromiso con un futuro más limpio y responsable.

Innovación en un sector competitivo
El mercado del vino está lleno de opciones, pero Toni Beneito tiene claro cómo destacar: “El mercado necesita innovar y sorprender. Nosotros hemos logrado ilusionar a sommeliers, restaurantes y distribuidores con algo único”. Desde sus etiquetas minimalistas y elegantes hasta las historias detrás de cada botella, cada detalle está diseñado para captar la atención de los amantes del vino.
La bodega ya ha cosechado importantes reconocimientos, como premios en el prestigioso Decanter y la Guía Peñín. Además, han participado en ferias internacionales como Prowine Düsseldorf, Corea del Sur y Japón. “Este es solo el comienzo. Queremos llevar nuestros vinos a más rincones del mundo”, asegura Beneito.
El impacto del cambio climático y la adaptación
El cambio climático es una preocupación global, y la bodega Toni Beneito no es ajena a sus efectos. “El cambio climático es una realidad que enfrentamos día a día. Las sequías y las lluvias torrenciales nos afectan constantemente”, explica Beneito. Sin embargo, la ubicación de la finca en el parque natural Sierra Mariola, a 816 metros de altitud, ofrece una ventaja única. “Gracias a nuestra altitud, logramos mantener una graduación alcohólica equilibrada en nuestros vinos, lo que los hace frescos y fáciles de beber”, añade.
Planes y objetivos para el 2025
De cara al futuro, la bodega Toni Beneito tiene objetivos claros. “Queremos que los amantes del vino y las personas que buscan algo diferente prueben nuestros vinos. Les vamos a sorprender, estamos seguros”, afirma Beneito. Aunque la producción actual es limitada, con entre 5.000 y 8.000 botellas por variedad, la calidad y exclusividad de sus vinos son su mejor carta de presentación.
Además, la bodega sigue apostando por la innovación. Como partners del proyecto VINNY, una iniciativa europea que involucra a 18 países, Toni Beneito está en la vanguardia de la investigación en nuevas tecnologías y métodos en el sector vinícola. “Participar en proyectos como VINNY no solo nos mantiene competitivos, sino que también nos permite aportar nuestra experiencia y aprender de otros”, comenta el fundador.
Un legado reinventado
La historia de la bodega Toni Beneito es un ejemplo de cómo la tradición puede ser el motor de la innovación. Desde sus raíces ancestrales hasta su compromiso con la sostenibilidad y la calidad, esta bodega ha logrado combinar lo mejor de ambos mundos. “Somos diferentes, y nuestros vinos también lo son. Queremos que cada copa cuente una historia y sorprenda a quien la pruebe”, concluye Beneito.
En definitiva, la bodega Toni Beneito no es solo un lugar donde se produce vino, es un símbolo de resiliencia, pasión y visión hacia el futuro. ¿Te atreves a descubrir algo realmente único? Sus vinos son una invitación al sabor, la tradición y la innovación.