Plasmado en sus inicios en el siglo XIX gracias a la tenacidad de Clemente Santi, el vino Brunello di Montalcino se ha alzado como uno de los vinos más apreciados en Italia y reconocidos en el mundo. Una encarnación excepcional de la tradición del vino de la región toscana, este vino robusto y rico en sabor era el sueño de un viticultor cuyo mayor deseo era producir vinos de guarda en su región. Actualmente, se ha posicionado como un referente enológico global, siendo particularmente celebrado en 2006 por la prestigiosa revista Wine Spectator.
El génesis de una leyenda vitivinícola
El Brunello di Montalcino comenzó su prometedora travesía en manos de Clemente Santi, un apasionado e innovador agrónomo, miembro de una prominente familia de viticultores y propietario de grandes fincas entre Montalcino y Pienza. Convencido de querer producir vinos distintos a los vinos jóvenes de moda en aquellos tiempos, Santi se centró en cultivar vinos de un solo varietal, madurados durante un periodo prolongado en barricas de roble antes de ser embotellados.
La continuación de este legado vitivinícola corrió a cargo de Ferruccio Biondi-Santi, nieto de Clemente y heredero de esa misma pasión por la enología, quien decidió tomar las riendas del negocio familiar. Siguiendo el espíritu innovador de su abuelo, emprendió la idea de replantar solo un tipo de uva, la emblemática Sangiovese Grosso. Asimismo, el primer Brunello di Montalcino de Biondi-Santi fue cosechado en 1888, sentando un precedente para el futuro de este impresionante vino.
Tras superar numerosos obstáculos y desafíos propios de la viticultura y la historia, incluyendo la escasez de producción y conflictos mundiales, el Brunello di Montalcino finalmente fue alzado como uno de los vinos más apreciados de Italia. Desde los años 50 y hasta la actualidad, ha ido ganando reconocimiento y admiración, obteniendo en 1980 la prestigiosa calificación de DOCG (Denominazione di Origine Controllata e Garantita), otorgada a los mejores vinos italianos que cumplen con estrictos criterios de producción y calidad.
Éste redondo y robusto vino se produce de un solo varietal, el Sangiovese Grosso, conocido localmente como «Brunello». Posee un exigente proceso de vinificación, con un máximo rendimiento de 8 toneladas por hectárea y un envejecimiento mínimo de dos años en barricas de roble y cuatro o seis meses en botella, alcanzando a lo menos un 12,5% de graduación alcohólica.
Herencia enológica de un terroir único
Las tierras de Montalcino ofrecen un terroir único para el cultivo de la uva Brunello, con influencias notables del clima mediterráneo, y un suelo extremadamente calizo, arenoso y a veces arcilloso. La finca de Biondi-Santi, ubicada en el corazón del Val d’Orcia, con laderas protegidas por el monte Amiata, demuestra un equilibrio excepcional para un máximo aprovechamiento de la vid.
Estos vinos destacan por su concentración y características de guarda, siendo especialmente apreciados por su complejidad y matiz en aromas. Su cuerpo y textura sólida, aliñado con taninos intensos, acidéz equilibrada y una exuberante densidad, los hace ideales para acompañar platos de caza o quesos de sabores fuertes. De hecho, la interacción entre éste vino y un sabroso platillo puede ser, sencillamente, una armonía total.