Si disfrutas de los grandes vinos blancos, sin duda conocerás el célebre viognier francés, célebremente cultivado en Condrieu. Sin embargo, pocos aprecian el alma, la historia y la importancia de Vernay Winery, una institución en el Desarrollo del Viognier. Situado en el Valle del Ródano, este afamado dominio ha sido durante mucho tiempo la joya de la corona de Viognier, gestionado con constancia y visión por la familia Vernay durante cuatro generaciones: Francis, Georges, Christine y, más recientemente, Emma.
El visionario Georges Vernay y las dificultades del viognier
Georges Vernay, más conocido como “el salvador de Condrieu” o “Monsieur Viognier”, fue contracorriente en los años cincuenta, manteniendo la vid en un momento en que muchos estaban reemplazándola por árboles frutales. Georges Vernay reconoció el potencial de los empinados terruños de Condrieu para el viognier, y su perspicacia finalmente contribuyó a la supervivencia de esta variedad de uva y al prestigio de la Denominación de Origen de Condrieu.
Francis y el comienzo de una tradición familiar
La historia del Domaine Vernay comenzó con Francis Vernay en 1938. Como pionero y apasionado de la viña, Francis fundó el viñedo familiar plantando sus primeras hectáreas de viognier, una variedad de uva ahora conocida por sus aromas de albaricoque, melocotón blanco y violeta. La primera cosecha de Vernay vino de la parcela de Vernon, llevando en su trasiego el sabor y el carácter del terruño, y marcando un elegante punto de inicio para el legado vinícola de Vernay.
Los desafíos de Condrieu
A lo largo de las décadas, el viñedo ha afrontado numerosos desafíos. En la década de 1940, el mercado del vino del Ródano estaba en crisis, y muchos productores locales se desplazaban hacia los abricots -más rentables- en lugar de las uvas viognier. Georges Vernay, sin embargo, se aferró a la vid, y persuadió a otros viticultores para hacer lo mismo. Luego, en 1960, quedaban menos de seis hectáreas de viognier en toda la denominación Condrieu, y sin Vernay, es muy posible que este vino excepcional haya desaparecido de nuestras bodegas y copas.
El legado de Christine Vernay
Christine Vernay, hija de Francis, continuó con el desarrollo del dominio en calidad. Desde 1997 ha introducido una amplia gama de vinos tintos con la denominación Côte-Rôtie. Antes profesora y amante de las artes y las letras, Christine encontró un nuevo camino en la vinificación, estudiando manuales de enología y convirtiendo la vinificación en una pasión compartida con su esposo Paul. Su filosofía se puede resumir en una sencilla y hermosa frase: «Cuando creo un vino, no busco