La bodega Vega Real celebra en 2025 un hito significativo: 25 años dedicados a la excelencia en la producción de vinos que combinan tradición, innovación y una conexión única con la tierra. Desde sus inicios en los años 90, esta bodega ha crecido hasta convertirse en un referente de la Ribera del Duero, con una historia que honra tanto sus raíces como su visión de futuro.
Un homenaje a la historia y el legado de «El Empecinado»
Vega Real no solo produce vinos, sino que también cuenta historias. La bodega se ubica en el municipio de Castrillo de Duero, cuna de Juan Martín Díez, conocido como «El Empecinado». Este héroe de la Guerra de la Independencia Española ha sido fuente de inspiración para artistas como Benito Pérez Galdós y Francisco de Goya, y ahora también presta su nombre a una de las fincas más destacadas de la bodega. Este vínculo histórico subraya el compromiso de Vega Real con su tierra y sus orígenes.
«Cada botella es un homenaje al legado de esta región», afirma Samuel Francisco, portavoz de la bodega. “El nombre de nuestra finca es un recordatorio constante de la valentía y el espíritu de quienes nos precedieron”.
Viñedos con historia y una apuesta por la uva Tempranillo
En Vega Real, cada viñedo cuenta su propia historia. Muchos de ellos tienen más de 50 años y son cuidados con esmero por generaciones de viticultores locales que han mantenido vivas las prácticas tradicionales de la Ribera del Duero. La uva Tempranillo es la protagonista indiscutible, reflejando el alma de la región en cada sorbo.
«Si bien la Tempranillo es nuestra columna vertebral, también cultivamos pequeñas cantidades de Cabernet Sauvignon y Merlot», explica Francisco. Estas variedades, aunque minoritarias, aportan diversidad y permiten a la bodega explorar nuevas expresiones de sabor, manteniéndose fiel a su identidad.
El equilibrio perfecto entre tradición y tecnología
En Vega Real, la innovación y la tradición caminan de la mano. La bodega emplea técnicas modernas como el uso de tanques de acero inoxidable y sistemas analíticos avanzados para garantizar la calidad, pero sin abandonar las prácticas tradicionales de la Ribera del Duero. Un ejemplo destacado es la co-inoculación, un método poco común en la región que protege los vinos y mejora su desarrollo durante la fermentación.
«También hemos implementado tecnologías punteras, como una estación meteorológica propia que forma parte de nuestra certificación en viticultura 4.0», comenta Francisco. Esta herramienta permite a la bodega monitorizar las condiciones de los viñedos en tiempo real, optimizando el cuidado de las plantas sin necesidad de visitas diarias al campo.
Otro aspecto clave es la limpieza y asepsia de las instalaciones, logradas gracias a un sistema de ozono que desinfecta las áreas interiores de forma regular. «Este nivel de atención al detalle es lo que nos permite garantizar la calidad que nuestros clientes esperan», añade.

Compromiso con el medio ambiente
La sostenibilidad es un pilar fundamental en la filosofía de Vega Real. «Respetamos profundamente las variedades y especies autóctonas, entendiendo que la biosfera que rodea nuestros viñedos es esencial para el desarrollo del medio rural», señala Francisco. Este respeto se traduce en prácticas que minimizan el uso de plásticos, maximizan el reciclaje y priorizan la reutilización de materiales.
Además, la bodega apuesta por una viticultura regenerativa que se adapta al cambio climático. Entre las medidas adoptadas se encuentran ajustes en las técnicas de poda y la incorporación de productos vitivinícolas innovadores que mejoran tanto la calidad como la sostenibilidad de la producción.
Una estrategia centrada en la cercanía con el cliente
En un sector tan competitivo como el vitivinícola, Vega Real ha encontrado su ventaja en la conexión directa con sus clientes. Las catas presenciales, las visitas a la bodega y la disponibilidad del equipo son estrategias que generan confianza y fidelidad.
«Queremos que cada cliente se sienta parte de nuestra familia. Esto no es solo un negocio, es un proyecto compartido», destaca Francisco. Esta filosofía de cercanía refuerza la percepción de calidad y autenticidad de los vinos de Vega Real.
Proyectos innovadores y planes de expansión
La innovación también se refleja en productos únicos como «Finca Vega Real», un vino tinto fermentado en barricas de roble francés con uvas de viñas viejas. Este vino, elaborado en lotes limitados de 2000 botellas, ha sido aclamado por su perfil suave y equilibrado que combina fruta y madera de forma magistral. «Solo lo producimos en años en los que las condiciones son óptimas», comenta Francisco, destacando el compromiso de la bodega con la excelencia.
En cuanto a la expansión, Vega Real mantiene un enfoque cauteloso. «Queremos crecer, pero siempre priorizando la calidad. La expansión llegará cuando podamos garantizar que el producto sigue cumpliendo nuestras altas expectativas», afirma.
Adaptación al cambio climático y objetivos para 2025
El cambio climático es un desafío que Vega Real enfrenta con determinación. La bodega ha adoptado prácticas agrícolas adaptadas a las nuevas realidades climáticas y sigue explorando técnicas innovadoras que aseguren la sostenibilidad a largo plazo. «Nuestro enfoque se centra en las variedades autóctonas, que están mejor adaptadas a la tierra y al clima», explica Francisco.
De cara al 2025, los objetivos de Vega Real están claros: consolidarse como un referente de calidad en la Ribera del Duero, fortalecer la relación con sus clientes y seguir innovando en sus procesos y productos. «Queremos que cada botella cuente una historia y que cada cliente sea parte de esa historia», concluye.