Las Bodegas Batlliu de Sort no solo producen vino, sino que cuentan una historia de tradición, sostenibilidad y pasión por la tierra. Ubicadas en el corazón del Pirineo, estas bodegas representan un proyecto que no solo busca elaborar vinos de calidad, sino también preservar y potenciar el entorno natural. Josep, uno de los fundadores, nos guía a través del fascinante mundo de esta iniciativa única en alta montaña.
Un proyecto con raíces profundas
“La bodega nace en 2007, como un sueño compartido por personas de la zona que queríamos recuperar el cultivo de la vid en alta montaña”, explica Josep con entusiasmo. Este emprendimiento no solo busca diversificar la economía local, sino también conectar a la comunidad con sus raíces. «Queríamos devolverle a nuestro entorno natural lo que siempre nos había ofrecido: riqueza y belleza».
El origen de este proyecto se basa en un fuerte compromiso con el territorio. No es casualidad que los viñedos estén ubicados en la zona periférica del Parque Nacional de Aigüestortes y Sant Maurici, un lugar que no solo es hermoso, sino también único para el cultivo de la vid. «Aquí cada racimo de uva cuenta una historia, cada botella es un pedazo de Pirineo», agrega.
Viñedos en las alturas
Lo que distingue a Batlliu de Sort es su terroir único. Los viñedos están situados a una altitud considerable, lo que les confiere características extraordinarias. «Cultivamos en alta montaña, lo que da a nuestros vinos una personalidad incomparable. Aquí, en el Pirineo, el clima y el suelo marcan la diferencia», señala Josep.
Las variedades de uva que crecen en este paraíso natural son igualmente especiales: Riesling, Pinot Noir y Viognier. “Cada una de estas variedades tiene un carácter particular que refleja el alma de nuestro entorno. Elegimos estas uvas porque queríamos apostar por algo diferente, algo que hablara de nuestra tierra”, explica.

Vinificación con mínima intervención
La filosofía detrás de sus métodos de producción es clara: respeto absoluto por la naturaleza y por el producto. «Todos nuestros viñedos están certificados como ecológicos, y trabajamos con la máxima sensibilidad hacia el medio ambiente», dice Josep. En las bodegas, las prácticas también están alineadas con este enfoque. “Utilizamos levaduras indígenas y fermentaciones espontáneas, buscando siempre la mínima intervención para que el vino exprese su verdadero carácter”.
Esta dedicación no es solo una elección ética, sino también una apuesta por la calidad. Josep lo resume de manera sencilla pero poderosa: «Nosotros no hacemos vino, lo dejamos ser».
Compromiso con la sostenibilidad
En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático, Bodegas Batlliu de Sort ha hecho de la sostenibilidad un pilar fundamental. “Nuestro único objetivo es no perjudicar en ningún caso el entorno”, afirma con firmeza. Esta filosofía se traduce en prácticas agrícolas responsables, como el uso de abono verde y tratamientos preventivos. “No buscamos forzar la naturaleza, sino trabajar con ella”, explica.
De hecho, Josep cree que el cambio climático, aunque desafiante, podría tener ciertos beneficios para su región. “El calentamiento global nos está dando un clima más favorable para el cultivo en alta montaña, algo que hace 20 años habría sido impensable”, comenta.
Un vino que cuenta una historia
Cuando le preguntamos sobre cómo Batlliu de Sort se posiciona en un mercado tan competitivo, Josep no duda en responder: «Nuestra diferencia está en el origen. Ofrecemos vinos que llevan un trozo de Pirineo en cada botella. No es solo un eslogan; es nuestra verdad». Este enfoque les ha permitido atraer a un público que valora la autenticidad y la conexión con la naturaleza.
El resultado es una gama de vinos que no solo deleita al paladar, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. «Queremos que la gente que pruebe nuestros vinos sienta el viento de las montañas, el frío de las noches de invierno y el calor del sol en verano», dice Josep.
Mirando al futuro
En cuanto a sus planes para los próximos años, Josep tiene claro el camino a seguir: «Queremos crecer de manera sostenida, sin perder de vista nuestros valores». Este crecimiento incluye una expansión en mercados internacionales y el desarrollo de productos innovadores que se ajusten a las demandas del consumidor actual. «Estamos atentos a las tendencias, pero siempre fieles a nuestra esencia», asegura.
Además, Josep destaca que en su agenda también está presente el reto de adaptarse a las necesidades de un mundo en constante cambio. “La innovación no solo se trata de tecnología, sino también de entender lo que el cliente valora hoy y lo que valorará mañana”, explica.
El Pirineo en cada botella
Con una visión clara y un compromiso inquebrantable con la sostenibilidad, Bodegas Batlliu de Sort se ha convertido en un referente de lo que significa hacer vino con alma. “Para nosotros, cada día es una oportunidad de demostrar que se puede hacer un producto excepcional sin comprometer el medio ambiente. Queremos que nuestro legado sea una tierra mejor para las próximas generaciones”, concluye Josep.
Si estás buscando una experiencia vinícola que te transporte a las alturas del Pirineo y te conecte con la naturaleza, Bodegas Batlliu de Sort es, sin duda, una visita obligada. Porque aquí, en estas tierras mágicas, el vino no es solo una bebida: es un testimonio de amor por la montaña.