La industria del vino urbano cobra fuerza en Londres y uno de sus exponentes más destacados, Renegade, está a punto de dar un paso significativo en su trayectoria. Warwick Smith, el fundador de esta innovadora bodega, reveló que se encuentra en conversaciones con inversores para consolidar un nuevo ciclo de financiación que asciende a £800,000, dirigidos a expandir su producción y operaciones. Esta iniciativa sigue su anterior ronda de inversión, en la que la compañía recaudó £500,000 y construyó una nueva bodega en 2021.
Planes de expansión y nuevos horizontes
Smith ha compartido su intención de utilizar los fondos recaudados para contratar personal clave y lanzar una «hermana de marca» que se posicionará en un rango de precios más accesible. Entre las directrices empresariales, destaca su compromiso de producir vinos que no solo sean únicos, sino que también ofrezcan un valor real al mercado.
Renegade ha logrado destacar en la escena vinícola gracias a su modelo de producción que abarca desde la selección de la uva hasta el producto final. Recibir uvas frescas a través de camiones refrigerados desde viñedos locales en Walthamstow ha sido un componente clave en su propuesta. Este enfoque ha captado la atención de restaurantes galardonados con estrellas Michelin, que han incorporado sus vinos en sus cartas. Además, la bodega organiza eventos como cenas y catas para acercar a los consumidores a sus productos.
Smith también ha comentado sobre los desafíos que enfrenta la industria de los vinos urbanos, señalando que los costos y la escala son aspectos fundamentales que afectan los precios. Sus vinos suelen comercializarse a partir de £20 y cuentan con una variedad que incluye innovaciones como «Bethnal Bubbles», un espumoso elaborado mediante fermentación tradicional.
La bodega cuenta actualmente con una capacidad de producción de hasta 80,000 botellas y reportó ingresos de £1.2 millones durante su último año fiscal, un crecimiento significativo respecto a los £912,000 del año anterior. El auge de las bodegas urbanas se ha evidenciado tanto en el Reino Unido como en EEUU, convirtiéndose en un fenómeno que redefine la cultura del vino.