El mundo vitivinícola tiene en su seno a cada productor rivalizando por crear los vinos más excepcionales, y uno particularmente emocionante es Palmento Costanzo, una bodega que actualmente produce algunos de los mejores caldos en la isla de Sicilia. Este productor, con una extensión de 18 hectáreas de tierra dividida en 11 viñedos denominados Contrada, demuestra su compromiso con la ecología a través de la implementación de prácticas orgánicas y biodinámicas.
Tradición y vanguardia cotidianas
La apuesta ecologista de Palmento Costanzo se extiende también a sus instalaciones. La bodega, artísticamente restaurada con un estándar muy elevado, es un testimonio de tradición y vanguardia. Aquí es posible encontrar un palmento de piedra volcánica y la distribución del lugar permite que todas las transferencias sean por gravedad. Esta reconstrucción ha sido conservadora, intentando preservar en la medida de lo posible la antigua bodega.
La familia Constanzo inició este extraordinario proyecto con la compra de sus primeras viñas en el año 2010 y en el 2011 fue lanzada la primera vendimia. Al día de hoy, se cuenta con una serie de vinos emblemáticos, entre ellos:
1. «Palmento Costanzo Bianco di Sei 2021». Un vibrante corte de 90% Cariccante y 10% Catarrato, traducido en un vino brillante y mineral con un carácter cítrico muy marcado.
2. «Palmento Costanzo Contada Santo Spirito Bianco 2021». Este vino de la Etna es 90% Catarrato, 10% Carricante, con el 20% envejecido en roble y 80% en acero inoxidable. Provee un toque de frescura y juicidad con una leve mordida mineral.
3. «Palmento Costanzo Nero de Sei Rosso 2020». Principalmente de Nerello Mascalese con un 10% de Nerello Cappuccio, fermentado durante 15 días en fudres tronconic de Austria y posteriormente envejecido durante 2 años en toneles Stockinger.
El compromiso, la pasión por el vino y el respeto por la tradición de la familia Constanzo se refleja en cada botella que sale de sus bodegas. Con cada sorbo, se viaja a la historia, tradición y al entorno volcánico de la Etna, mientras se saborea la promesa de un futuro próspero y sostenible en el mundo del vino.