La Barcelona Wine Week 2025 (BWW) ha pulverizado todos los récords y se ha convertido en la cita ineludible del sector vinícola en España. ¡Un evento sin precedentes! Con 25.700 profesionales recorriendo sus pasillos y 13.000 reuniones de negocio, la feria ha demostrado su imparable ascenso como la plataforma comercial más potente del vino español.
Pero aquí no se ha hablado solo de cifras. Se ha respirado vino, se ha hablado de tendencias y se ha firmado acuerdos que marcarán el rumbo del sector en los próximos años. El impacto económico ha sido brutal: cerca de 17 millones de euros han quedado en la ciudad condal, en una edición que ha tenido que doblar su espacio expositivo para responder a una demanda arrolladora.
Un salón que ya juega en otra liga
Si alguien dudaba del peso de la BWW en el panorama internacional, esta quinta edición ha sido la respuesta: 770 importadores de los cinco continentes han viajado hasta Barcelona para conocer de primera mano las joyas de nuestras bodegas. Hablamos de compradores estratégicos de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido, China, México, Japón, Brasil, Colombia y Corea del Sur, mercados clave para el futuro del vino español.
Las cifras marean, pero lo realmente importante es el mensaje que lanza esta Barcelona Wine Week: el vino español está más vivo que nunca y el mundo quiere beberlo. La presencia de grandes compradores nacionales e internacionales ha consolidado la feria como el epicentro del networking enológico, donde se han cerrado acuerdos que prometen revolucionar la distribución del vino en los próximos años.

El crecimiento imparable de la BWW
No es casualidad que esta edición haya sido un éxito rotundo. La organización ha sabido adaptarse y crecer un 30% en expositores y en espacio expositivo, ocupando por primera vez dos pabellones completos de Fira de Montjuïc. ¿El resultado? Más bodegas, más visitantes, más negocio y una proyección internacional imparable.
Las cifras hablan por sí solas: 1.266 bodegas de 81 Denominaciones de Origen han mostrado lo mejor de su producción en la feria. Algunas con siglos de historia y otras con una filosofía rompedora, pero todas con un mismo objetivo: hacerse un hueco en el competitivo mercado internacional.
Los nombres más fuertes han sido los de siempre: Ribera del Duero, La Rioja, Priorat y Cava, aunque también han brillado con luz propia bodegas de Rías Baixas, Navarra, Rueda, Montsant, V.T. Mallorca, Penedès y Jumilla. La diversidad de propuestas ha sido uno de los puntos más aplaudidos del evento.
El vino español en el punto de mira internacional
El vino español está en el mejor momento de su historia, pero ¿estamos preparados para lo que viene? Los expertos lo tienen claro: la internacionalización es clave para el futuro del sector. De ahí la presencia de ICEX España Exportación e Inversiones, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Agència Catalana de Turisme y la Federación Española del Vino, entre otros organismos clave que han dado su respaldo a la feria.
No todo ha sido negocio. También ha habido tiempo para degustaciones, charlas y, cómo no, muchas copas de vino. ¡Nada menos que 360.000 copas servidas en tres días! Un dato que deja claro que la BWW no es solo una feria, sino un auténtico festival para los amantes del vino.
Mirando al 2026: el futuro de la Barcelona Wine Week
¿Y ahora qué? El listón está más alto que nunca y la organización ya ha puesto la mirada en la edición de 2026. Lo que antes era una feria prometedora, ahora es una cita imprescindible. El próximo encuentro se celebrará del 2 al 4 de febrero de 2026, y ya se está trabajando para superar este año de récord.
La Barcelona Wine Week ha demostrado que el vino español tiene mucho que decir en el panorama internacional. Con una oferta de calidad, una apuesta firme por la exportación y una feria que cada año bate sus propios récords, el sector vinícola español pisa fuerte y no piensa aflojar el paso.