La XIX Edición de los Premios Manojo proclama a los vinos de Castilla y León y Castilla-La Mancha como los mejores
En el certamen de los Premios Manojo en su XIX edición, los vinos de Castilla y León y Castilla-La Mancha han emergido como los grandes triunfadores, llevándose un número prominente de premios en lo que se ha convertido en un acontecimiento anual emblemático en el calendario vinícola español. En este concurso, que se enfoca en resaltar el producto de las bodegas cooperativas, Castilla-La Mancha recibió numerosos elogios, con un total de 13 vinos premiados. Castilla y León, en tanto, no se quedó atrás, logrando 5 galardones.
Grandes niveles de participación y variedad de premios
La competición nacional acogió la participación de 413 vinos provenientes de trece Comunidades Autónomas. El evento concluyó con 62 vinos finalistas y 27 ganadores en diversas categorías, que incluyen blancos jóvenes, rosados jóvenes, tintos jóvenes, tintos jóvenes roble, tintos crianza y tintos reserva. Las Cooperativas Marqués de Reinosa, La Candelaria y Santa Cruz de Alpera se llevaron los honores con los três Grandes Manojo por sus representantes vinos Marqués de Reinosa, Senda 66 Bobal y Gold Rupestre Garnacha Tintorera, respectivamente.
La ceremonia de entrega del premio tuvo lugar en las Casas del Tratado de Tordesillas, donde Gerardo Dueñas, Consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, destacó la importancia de estos galardones como reconocimiento al arduo trabajo de viticultores y bodegas cooperativas de toda España.
Relevancia del sector cooperativo en el vino
Una de las particularidades de estos premios es su énfasis en el sector cooperativo del vino. Más del 50% del vino producido a nivel nacional proviene de cooperativas, y estos premios arrojan luz sobre la valiosa contribución de estas entidades al patrimonio vitivinícola de España.
Este año, los premios Manojo han demostrado una vez más la riqueza y diversidad de los vinos españoles y la excelencia de las bodegas cooperativas. Los vinos participantes no solo representan la calidad de la viticultura española, sino también la vitalidad de un sector cooperativo que sigue desempeñando un papel crucial en el sostenimiento de la tradición vitivinícola del país. Será fascinante ver lo que la próxima edición, la número 20, nos tiene reservado.