La Denominación de Origen Protegida (DOP) Campo de Borja, situada en la provincia de Zaragoza, es considerada un baluarte de la Garnacha en España. Con viñedos que datan del siglo XIII, esta DOP abarca aproximadamente 6.300 hectáreas, donde la variedad de uva Garnacha ocupa la mayor parte del cultivo. A pesar de las vicisitudes que ha enfrentado en términos de producción y exportaciones en los últimos años, el optimismo en el sector es palpable.
EL FUTURO DE LA GARNACHA EN CAMPO DE BORJA
El actual presidente de la DOP, Eduardo Ibáñez, ha manifestado su deseo de fomentar una mayor colaboración con la hostelería local para potenciar el consumo de garnacha. Este enfoque no solo busca mejorar las cifras de ventas, sino también elevar el perfil de esta uva emblemática en el mercado nacional e internacional. Tras una serie de años de baja producción, la apuesta por iniciativas como el proyecto Garnachas Históricas demuestra la voluntad de revitalizar la imagen y calidad de los vinos de la región.
La Garnacha de Borja es reconocida por su cuerpo robusto y su complejidad, lo que la convierte en una favorita entre los enólogos y aficionados al vino. Se trata de un vino que se presta tanto a un consumo más informal como a acompañar platos gourmet, gracias a su versatilidad. Por ello, potenciar su presencia en restaurantes y bares se presenta como una estrategia clave para revitalizar el mercado local.
Uno de los retos que enfrenta la DOP es la exportación, donde ha habido un descenso en los últimos años. Conociendo esta situación, la DOP Campo de Borja ha comenzado a implementar colaboraciones con diversas entidades para aumentar la visibilidad de sus productos en el extranjero. Se están realizando promociones conjuntas con otras regiones vinícolas de España, buscando así crear una sinergia que atraiga la atención de importadores y consumidores de todo el mundo.
La DOP espera que la participación activa de la hostelería no solo beneficie a los productores locales, sino que también impulse un turismo enológico que atraiga a visitantes apasionados por el vino. La combinación de historia, tradición y un enfoque en la innovación posiciona a Campo de Borja como un destino vinícola a tener en cuenta en el futuro cercano. En consecuencia, el dinamismo del sector parece estar preparado para enfrentar los desafíos venideros, mientras sigue cultivando con paso firme su amor por la Garnacha.