Inmersos en el vibrante mundo vinícola, la bodega Celler Cal Bessó se ha ganado un puesto de honor por su exquisita producción de vinos y su apuesta por el enoturismo a medida. Este espacio catalán ofrece una propuesta de visita personalizada a su bodega y viñedos, que debe programarse con reserva previa.
Un viaje entre vinos y viñedos
Celler Cal Bessó nos invita a adentrarnos en su mundo por el sendero de los vinos y las viñas. Cada visita, pensada para adaptarse a las necesidades de cada grupo, se convierte así en una experiencia única en la que los participantes, además de explorar los viñedos y la bodega, tienen el gusto de poder saborear los cuatro vinos que se elaboran en la misma.
El recorrido acoge la degustación de Lo Cirerer y La Prunera, vinos que son un tributo al padre de Raimon, el dueño del Celler. Por otro lado, Coret es una fiel muestra de cariño a su madre, a quien sus hijas apodaban ‘cor petit’ (corazón pequeño), y a las propias hijas, que son una parte integral de este legado vinícola. Finalmente Elvira, un segundo vino blanco en homenaje a la madre, guarda todo el amor y respeto por el trabajo llevado en familia durante años.
Tejiendo su fama en el enoturismo, en la actualidad Celler Cal Bessó es reconocido, no solo por la calidad de sus vinos, sino también por su oferta personalizada y el cuidado que ponen en cada detalle para dar a conocer las historias y el legado inscrito en cada botella. Una auténtica experiencia que permite a los visitantes vivir la verdadera esencia del vino.