El icónico Champagne Cristal de Roederer sigue brillando en las subastas de vinos, destacándose por su sofisticación y calidad excepcional. Su reputación no solo se cimenta en la tradición de elaboración, sino también en la exclusividad de sus cosechas y la calidad de su producción. Este champagne, reconocido mundialmente, ha encontrado un nuevo impulso en el mercado de las subastas, donde los amantes del vino buscan añadas que reflejen la grandeza de esta emblemática marca.
Éxito en el mercado de subastas
El reciente interés colectivo por las añadas de Cristal en las subastas, especialmente en plataformas como iDealwine, señala un fenómeno creciente entre coleccionistas y aficionados. Los resultados hablan por sí mismos: un millésime de 1976 se vendió por 876 euros en enero de 2024, mientras que otras añadas, como la de 1986, alcanzaron los 526 euros. Detallando algunos números, encontramos los siguientes precios recientes:
- Cristal 1986: 526€ (+11%)
- Cristal 1996: 576€
- Cristal 2008: 876€ (+35%)
- Cristal 2002: 789€ (+7%)
Esta apreciación en el valor es un claro indicador del reconocimiento que tiene la Maison Roederer en el mundo del vino, que ha llevado a un crecimiento del interés internacional. Los compradores no solo provienen de Europa, sino que también hay un auge notable de interesados en Corea y Hong Kong, reflejando el alcance global de esta prestigiosa bebida.
La fascinación por el Cristal no solo radica en su sabor y historia, sino también en su proceso de producción altamente especializado. Cada botella se elabora dentro de un marco de biodinamismo, que se implementó en todas las parcelas de producción desde 2011, lo que conlleva un enfoque más sostenible y cuidadoso. Este trabajo incansable en las bodegas culmina en un vino que es a la vez elegante y reconocible, capaz de seducir incluso a los paladares más exigentes.
La combinación entre la calidad de los ingredientes, el proceso de fermentación prolongado y el cuidadoso envejecimiento del vino en barricas de roble, son factores que hacen que cada botella de Cristal sea única y memorable. Así, cada subasta se convierte en una oportunidad para que los coleccionistas y los amantes del buen vino disfruten no solo de un producto, sino de una experiencia inigualable.