Los consumidores no parecen renunciar al espumoso, pero en general, las ventas de vino en la gran distribución italiana continúan desacelerándose. Según las elaboraciones del Observatorio UIV-Ismea basadas en Nielsen-IQ, después de un marzo bajo tono (a pesar del anticipo de la Semana Santa), el último trimestre ha arrastrado negativamente los saldos semestrales de las ventas con un complessivo -2,5% en volumen, combinación de un -3,4% de paradas y espumosos (sobre todo en la componente roja) y un +4,2% de los espumosos.
Estancamiento de los vinos DOP e IGP
Por otro lado, se observa un ligero crecimiento (+0,6%) en el contravalor global de las ventas en gran distribución de vinos y espumosos italianos, que roza los 1,4 mil millones de euros, debido a un -0,1% de los establecidos y a un +3,5% de las burbujas.
La contracción en términos de volumen lleva el semestre 2024 al mínimo histórico desde el pre-covid (-9,5% sobre 2019), confirmación de las dificultades de las paradas y los espumosos (-13,5%) en el último quinquenio y el cambio hacia las burbujas, que han crecido en el período un 33%.
La tendencia es impulsada por la creciente preferencia por los productos Charmat no Prosecco que los italianos parecen haber descubierto como la base ideal para hacer spritz en casa.
Una de las características más destacadas de esta tendencia ha sido el efecto que el verano ha tenido sobre los vinos tintos. Los análisis muestran un saldo negativo del -5% en volumen semestral, en comparación con el blanco y el rosado que han registrado un -2% y -1% respectivamente.
Finalmente, desde el Observatorio UIV-Ismea indican que, aunque las decisiones de compra continúan respaldando los vinos comunes (5% el precio medio, con un -6% en los volúmenes vendidos), son los vinos DOP e IGP los que han experimentado mayores erosiones en las ventas (alrededor de un -3%).