El legado de Domaine Brusset: Esencia y terroir en una botella
En su papel vertebral de la viticultura francesa, los viñedos familiares no solo aportan una contribución invaluable a la economía y sabor local sino también a la perpetuación de la tradición y la herencia vitivinícola. Uno de los ejemplos más notables es Domaine Brusset, una bodega que se ha mantenido enraizada en la tradición vinícola desde 1947, cuando André Brusset la fundó.
De tres hectáreas a una referencia vitivinícola
Inicialmente, Domaine Brusset se basó en un pequeño viñedo de 3 hectáreas en Cairanne y se centró en olivos, albaricoques y cerezas, además de las viñas. Sin embargo, en 1966 se produjo un cambio generacional que trajo consigo la adquisición de nuevos viñedos en Massif Uchaux y Gigondas.
El actual propietario, Laurent Brusset, comenzó a trabajar en la propiedad familiar en 1990 y continuó con la expansión adquiriendo más viñedos en Cairanne y Rasteau. Como resultado, la finca creció hasta alcanzar las 76 hectáreas de viñedo, siendo 38 de ellas en Cairranne.
La operación es enteramente propia sin la adquisición de uvas o vino de otros productores, obteniendo una producción de 250 000 botellas al año. Los viñedos, de bajo rendimiento, están ahora certificados como orgánicos, y todas las fermentaciones se realizan con levaduras silvestres.
La producción de Domaine Brusset, marcada por la esencia
Entre los vinos que produce la bodega estelarizan el Domaine Brusset Cairanne Blanc L’Esprit de Papet 2023 de Francia y el Domaine Brusset Cairanne Vieilles Vignes 2022 de Francia.
El primero es una mezcla de 40% de Roussanne, 40% de Clairette y 20% de Viognier, que se fermenta en madera usada. Este vino destaca por sus notas florales y expresivas con notas de gotas de pera y melocotón blanco. El paladar es riquísimo en texturas, con un toque de anís y un acabado salado.
Por su parte, el Domaine Brusset Cairanne Vieilles Vignes 2022 se elabora con Grenache y Syrah de suelos de arcilla/caliza con una exposición sureña. Con un 40% fermentado en barril demi-muid y un 60% en depósito, este vino deleita con aromas florales de cereza negra y da paso a un paladar dulcemente frutado pero equilibrado que muestra amplias frutas de cereza y bayas con una textura sedosa y elementos de pimienta y oliva, además de un toque de carnosidad.
En definitiva, la tradición y experiencia son el sello distintivo de Domaine Brusset. Los viñedos familiares de Cairanne siguen produciendo vinos que son verdaderas expresiones del terroir, como testamento de la dedicación y pasión de la familia Brusset por el mundo vitivinícola.