El panorama vinícola estadounidense afronta momentos desafiantes, especialmente para los vinos importados de Italia. A pesar de una ligera recuperación en abril, con un aumento del 2% en ventas, el saldo de los cinco primeros meses del año muestra una disminución del 8% en ventas y un descenso del 6% en los productos del «Belpaese». Así lo destaca la Unión Italiana de Vinos (Osservatorio UIV – Vinitaly), que basa sus datos en la plataforma SipSource, la cual cuantifica las ventas y el consumo a corto plazo en el 75% de los establecimientos comerciales en los Estados Unidos.
Balance de los diferentes productores
La investigación resalta la caída en las ventas de vino de los principales países proveedores, con la excepción de Chile, que observa un incremento del 12% al ajustar sus precios de saldo. En cambio, productos como la variedad Pinot gris de Italia reportan un descenso del 7% y Chianti un -14%. Aunque no todo es oscuro en las estadísticas, el informe destaca que los vinos tintos italianos se desempeñaron mejor que los blancos, registrando un -6.5% frente al -8% de los blancos.
Por otro lado, la estabilidad del Prosecco italiano, con una variación mínima del -0,6%, y el incremento del 1,6% en la venta del Asti, parecen atenuar un poco el golpe. Lo que destaca por encima de todo, y de forma sorprendente, es el ascenso del 7% en métodos low-cost como charmat non Prosecco.
El desempeño de estos vinos sigue una tendencia al alza en el consumo de cócteles, con aumentos explosivos en el rango de precio entre los 8 y 13 dólares, destacando un incremento del 40% de enero a mayo. Este patrón parece centrarse en dos áreas definidas: la costa oeste con un incremento del 36% en ventas y un 30% de cuota de mercado, y el medio oeste con un incremento del 9% y un 18% de cuota de mercado.
En palabras de Lamberto Frescobaldi, presidente de UIV, «el vino italiano tiene anticuerpos adecuados para afrontar las dificultades» y añade la necesidad de realizar las movidas correctas para mantener el crecimiento y adaptarse a los cambiantes estilos de consumo.
La investigación concluye destacando la disminución del lustre en el segmento de lujo, con los tintos italianos cayendo un -8%, al igual que franceses con un sorprendente -16%. Dificultades que también parecen afectar a los blancos ultra-premium, donde el total de ventas se reduce en un -10%. Es innegable que las turbulencias en el sector siguen dando mucho de qué hablar. Sin duda, los próximos años serán decisivos para la industria vinícola en los Estados Unidos.