El auge de la viticultura en Franciacorta, una región italiana conocida por sus viñedos, está generando una transformación notable en su paisaje agrícola. De día en día, el panorama dulce y ordenado se transforma por la actividad intensiva en los viñedos, mientras expertos en viticultura y enólogos ponen en marcha una serie de procesos esenciales en la producción de vino.
Mundos distintos unidos por la viticultura
Está claro que estos viñedos no podrían prosperar sin la verdadera columna vertebral de la industria: los trabajadores. En Franciacorta, las familias locales e internacionales, incluyendo familias hindúes, desempeñan un papel esencial en el cultivo y procesamiento de las uvas. Desde la poda hasta la siembra, el procesamiento en bodega, la vendimia, la vinificación, el embotellado y el envejecimiento, cada fase de la producción de estos reconocidos vinos es posible gracias a su incansable labor.
Un tributo al trabajo vitivinícola
Documentales como el realizado por el periodista Massimo Zanichelli en Mosnel di Franciacorta, una histórica empresa vitivinícola de la región, son testimoniales de la dedicación y la precisión que se requieren en este campo. Este trabajo de filmación se preocupa en mostrar en detalle los diferentes comandos y movimientos meticulosos que los trabajadores de las viñedos realizan en silencio respetuoso, destacando la práctica de la viticultura casi como un rito religioso.
Las impresiones y opiniones de estos trabajadores emergen fuera del film, revelando a personas que parecen haber conservado una disposición antigua de laboriosidad y devoción hacia sus puestos de trabajo y los propietarios de las empresas vitivinícolas.
La evolución de Franciacorta y Mosnel di Franciacorta
Giulio y Lucia Barzanò, actuales titulares de Mosnel, heredaron la empresa de la energética y visionaria Emanuela Barboglio, quien con tan solo 18 años asumió la dirección total de la empresa, desarrollando a lo largo de su vida nuevas técnicas y métodos en la producción de viñedos y vino. Su visión y dedicación estableció un camino y una estructura sólida para la Martha de Franciacorta.
Ella dejó una huella imborrable en la industria vitivinícola con su fuerte carácter y entusiasmo por la iniciativa, dejando un legado importante a sus sucesores. Es innegable la influencia positiva y duradera que tuvo en la viticultura de la región.
La amalgama de culturas que confluyen en los viñedos de Franciacorta, desde las familias italianas hasta las familias extranjeras, junto con la resiliente fuerza de las personas que trabajan la tierra, nos indican que la producción vitivinícola es tanto un arte como una ciencia, una danza que equilibra los ritmos de la naturaleza con el toque humano de la tradición vitivinícola.