En un impactante giro de los acontecimientos, es posible que una «guerra fría» se esté gestando en el campo del vino entre China y Europa. Según las fuentes, el gobierno de Pekín podría estar a punto de imponer aranceles de represalia sobre las importaciones de vino y productos lácteos de la Unión Europea. Esta acción sería en respuesta a las indagaciones anticuota iniciadas por la UE sobre las empresas chinas que fabrican coches eléctricos, paneles solares y turbinas de viento.
Implicaciones para el comercio entre la UE y China
Este potencial movimiento amenaza un comercio valioso, el del vino, entre la UE y China que vale 750 millones de euros. Esto representa casi el 70% de las importaciones totales de vino de China en 2023. La información fue originalmente revelada por Yuyuan Tantian, un influyente comentarista político chino para la China Central Television, en la red social china Weibo, citando «fuentes informadas».
Las alarmas se han disparado entre los productores europeos, principalmente los de Italia, España, Alemania, Portugal y, sobre todo, Francia. París, por sí sola, representa casi la mitad de las exportaciones de vino a China. El miedo a enfrentarse a precios inflados durante años en China es inconcebible para una industria vitivinícola que ya está lidiando con amenazas climáticas (heladas, granizo, sequía, clima tórrido), recesiones económicas y una transición ecológica que ha llevado a una crisis agrícola.
El ejemplo australiano es un recordatorio poderoso de lo que podría suceder. En 2021, China impuso aranceles altísimos (hasta el 218%) sobre los vinos procedentes de Australia. Aunque estos aranceles fueron revocados en marzo de este año, en tres años han eliminado la influencia de los vinos australianos en China.
También es oportuno recordar cómo Pekín amenazó la estabilidad de las exportaciones de vinos europeos hace una década y cómo, a principios de 2024, inició una investigación anticuota sobre los brandis de la UE, perturbando un comercio de licores de 1,7 mil millones de euros. Entendemos que el mundo del vino puede esperar momentos de mucha tensión y preocupación.
Ahora le toca a la diplomacia suavizar este clima de tensión y evitar otro fuerte golpe al mercado del vino. Los productores están esperando ansiosamente las noticias que puedan suavizar el actual clima de tensión.