El panorama del sector vitivinícola europeo está en constante evolución y, recientemente, ha dado un paso significativo con la elección de la nueva presidenta del Comité Européen Entreprises Vins (CEEV). Desde 2023, Marzia Varvaglione, empresaria de la región de Puglia, asume este reto en un momento crítico para la industria del vino y los licores en la Unión Europea. La transición se produce tras la gestión de Mauricio González-Gordon, quien ha sentado las bases para afrontar los desafíos que se presentan en un contexto marcado por tensiones comerciales y cambios en la demanda de los consumidores.
Desafíos del Sector Vitivinícola Europeo
La flamante presidenta ha destacado la importancia de la unión ante las adversidades. En sus primeras declaraciones tras la elección, Varvaglione enfatizó que “es crucial que el sector permanezca cohesionado en estos tiempos difíciles”. En su agenda, se incluyen varios focos de atención que deben ser priorizados durante su mandato, tales como:
- Defensa del vino europeo: Proteger la reputación y calidad del vino producido en la UE frente a las crecientes amenazas de productos importados y regulaciones externas.
- Competitividad empresarial: Impulsar políticas que fomenten la innovación y la eficiencia en las bodegas, haciéndolas más competitivas en el mercado global.
- Cambio generacional: Implementar estrategias para atraer a los jóvenes al sector, comunicándose en su lenguaje y adaptando las ofertas a sus preferencias.
- Fortalecimiento de la representatividad: Ampliar el papel de advocacy del CEEV a nivel comunitario e internacional, asegurando la voz de las empresas del vino en la toma de decisiones.
En este contexto, el presidente de la Unione Italiana Vini (UIV), Lamberto Frescobaldi, ha manifestado su confianza en la capacidad de Varvaglione, subrayando que su nominación representa una “ventana de frescura” para la industria vitivinícola europea. Frescobaldi destacó la necesidad de un programa ambicioso que aborde de forma integral los retos actuales.
Así, Varvaglione no solo será la primera mujer en liderar el CEEV, sino que también se convierte en la persona más joven en ocupar este cargo, un símbolo de la modernización y adaptación del sector vitivinícola en un entorno que exige agilidad y proactividad. La implementación de su programa estratégico será vital para garantizar un futuro sólido para la industria del vino en Europa.