La reciente decisión de la Comisión Europea de incluir los vinos y licores en la contenciosa proteccionista contra Estados Unidos ha suscitado una serie de reacciones negativas en el sector vitivinícola. Este enfoque se presenta como una estrategia que podría resultar devastadora para un mercado ya vulnerabilizado por normativas discordantes y conflictos comerciales. La Unione Italiana Vini (UIV) ha manifestado su preocupación, subrayando que esta medida podría perjudicar irreversiblemente uno de los segmentos más importantes de la economía vitivinícola europea.
Impacto económico de los posibles aranceles
Las proyecciones realizadas por el Osservatorio di Unione Italiana Vini indican una pérdida potencial de exportaciones de hasta 8 mil millones de euros hacia el mercado estadounidense. Esto se debe a los aranceles retaliatorios de hasta el 200% que el gobierno estadounidense ha amenazado con imponer a los vinos y licores importados de la Unión Europea. En contraposición, los productos estadounidenses que se verían afectados por las medidas de respuesta europeas suponen un valor de aproximadamente 1,35 mil millones de euros.
La UIV destaca la “inopportunidad” de esta inclusión en el conflicto comercial, sugiriendo que el sector del vino se encuentra en una clara desventaja. Con una relación de 6 a 1 en la balanza comercial, el impacto se considera abrumador. Este sector no sólo representa un 1,1% del PIB italiano, sino que su contribución a la economía europea es indiscutible, logrando un valor añadido que supera los 17 mil millones de euros y representando el 40% del total de exportaciones de la UE hacia Estados Unidos.
Paolo Castelletti, secretario general de la UIV, ha señalado que la mera amenaza de estos aranceles ha comenzado a provocar efectos adversos inmediatos, como la cancelación de pedidos de productos destinados a Estados Unidos. Esta situación crítica ha llevado a la UIV y a otros empresarios del sector a solicitar a la Comisión Europea una revisión urgente de las medidas propuestas, abogando por la exclusión de las bebidas alcohólicas de la creciente disputa comercial. La situación requiere atención inmediata para evitar un colapso en un sector que no solo genera riqueza, sino que también es parte esencial de la cultura europea.