El sector vitivinícola europeo está experimentando una transformación significativa en los hábitos de consumo, en especial en el mercado italiano. En este contexto, la firma francesa Les Grands Chais de France ha destacado notablemente, cerrando el año con un incremento del 25% en valor respecto al 2023, alcanzando un volumen de negocio cercano a los 9,8 millones de euros. Este rendimiento se debe en gran parte al auge de los Crémant, que representan un 62,8% de las ventas de la empresa.
El Protagonismo del Crémant en el Mercado Italiano
Seguir la evolución del Crémant ha sido clave para el incremento de las ventas de Les Grands Chais de France. En comparación con el año anterior, han superado las 1.750.000 botellas vendidas, una cifra notablemente mayor a las 832.000 botellas comercializadas en 2019. La popularidad de ciertas variedades, como el Crémant de Limoux, ha sido fundamental para este crecimiento.
- 528.000 botellas de Crémant de Limoux vendidas.
- 450.000 botellas correspondientes a Crémant de Borgogna.
- 250.000 botellas de Crémant de Loira, y otros más.
La directora del país en Italia, Romina Romano, ha señalado que existe una creciente conciencia entre los consumidores sobre esta alternativa al Champagne. Cada vez más, el público busca opciones que no solo sean asequibles, sino que también ofrezcan calidad, reconociendo el Crémant como un método clásico de vinificación ajeno a la región de Champagne.
Tendencias de Consumo en el Segmento de Vinos
Otro aspecto destacado por Romano es el cambio en la actitud de los consumidores hacia productos de mayor calidad. Esta nueva tendencia se manifiesta en la mayor disposición a pagar precios más altos por vinos de calidad, tanto en el sector HORECA como en la gran distribución. El incremento de este interés es evidente, ya que incluso las grandes cadenas de supermercados han ampliado su oferta de vinos, incorporando etiquetas premium en sus estanterías.
Así, se observa una notable diferencia en la mentalidad del consumidor, quien preferiría comprar menos cantidad pero de mejor calidad. Este cambio se traduce no sólo en un desafío para las marcas, sino también en una oportunidad redefinida para los productores europeos, que buscan conectar con un público cada vez más exigente y conocedor.