La visita al afamado restaurante Cozinha das Flores resulta en una experiencia única y muy personal, revelando la verdadera esencia de su propuesta gastronómica. El icono gastronómico portugués, fundado por Nuno Mendes, quien previamente deslumbró a los paladares más exigentes de Londres con sus proyectos Viajante y Chiltern Firehouse, ha logrado conquistar de nuevo tanto a locales como a visitantes con su nuevo establecimiento en el norte de Portugal.
Gastronomía portuguesa con imaginación
Cozinha das Flores no solo destaca por su exquisito menú, el cual es fiel a los ingredientes locales. El restaurante es una joya en sí mismo, con un pequeño y bellamente diseñado comedor que da a una cocina abierta, un detalle que permite vivir de cerca la procesión culinaria de cada plato.
Entre destacados ejemplos de su propuesta gastronómica se encuentran innovadores platillos como la tosta de berberecho, el corazón de apio rábano cocido en brasas con boloñesa de remolacha dulce, aguasal en tosta, el tarta de alcachofa de Jerusalén con semillas de calabaza asadas o su famoso pastel de almendras, este último inspirado en las tradicionales tartas de almendra portuguesas en un dulce cambalache entre lo dulce y lo salado.
El postre, descrito únicamente como «leche», es una especie de genialidad minimalista. Se trata de piel de leche y leche reducida con suele acompañarse con un sake portugués de textura rica Niepoort’s, añadiendo a esta experiencia un toque de paladar lácteo y notas de arroz, llamativa, intensa y con un agradable tono seco.
Para aquellos buscando una experiencia más relajada, existe un bar adyacente llamado Flôr, igualmente pequeño y de diseño atractivo, ideal para disfrutar de los creativos cócteles de la casa.
Los apasionados del vino también disfrutarán de una bien seleccionada carta de vinos, como el Gonçalves Faria 2016 Barraida, disponible por €60. Un vino de Bairrada muy centrado y de gran peso, fresco y lineal con un borde pedregoso para la cítrica frutal.
El Cozinha das Flores no es solo una prueba más del indiscutible talento de Nuno Mendes, sino también un prometedor estandarte del renacimiento gastronómico en el norte de Portugal.