En un giro sorprendente de los acontecimientos que ha sacado a relucir la dominante francesa en el mundo del vino, el Domaine des Ardoisières, situado en Savoie, ha saltado al estrellato en un período de tiempo relativamente corto. Fundado en los últimos años del siglo XX, en la actualidad es considerado uno de los mayores referentes de su región, cambiando la percepción que los aficionados al vino tenían de una región vitivinícola que durante mucho tiempo estuvo subestimada.
Conociendo a Domaine des Ardoisières
Fue Michel Grisard quien, guiado por su pasión e instinto, se dio cuenta de la potencialidad de un terreno absolutamente único. En 1998, comenzó a replantar un empinado viñedo en terrazas entre Alberville y Moutiers que había descubierto y que llevaba tiempo olvidado. A pesar del duro golpe que supuso la sequía de 2003, Grisard encontró un aliado en Brice Omont, un joven ingeniero agrónomo que se unió a la causa. Trabajando juntos, plantaron una serie de cepas autóctonas o comúnmente utilizadas en Savoie, como jacquère, roussanne, altesse, mondeuse noire y mondeuse blanche, chardonnay, gamay y persan.
Los inicios de este proyecto no fueron fáciles, pero Brice Omont sabía que la calidad de los vinos producidos en el terreno de Cévins justificaba afrontar cada obstáculo. En un giro del destino, los primeros clientes del viñedo se ofrecieron a ayudar financieramente para mantener el proyecto a flote. Gracias a esta colaboración, el domaine ha podido prosperar y expandirse, adquiriendo en 2009 parcelas en Saint-Pierre-de-Soucy, cerca de Chambéry.
Además, en un esfuerzo continuo por crecer y evolucionar, Domaine des Ardoisières se trasladó en 2014 a un antiguo edificio de viveros en Savoie y comenzó a comprar uvas en 2018 tras la helada que aniquiló el 60% de la cosecha. Hoy en día, el domaine abarca 24 hectáreas y continúa produciendo vinos notables.
A pesar de los desafíos, Domaine des Ardoisières ha sabido demostrar que la paciencia y la pasión por la viticultura pueden dar lugar a excelentes vinos que reflejan la puridad y la diversidad únicas de su tierra. Intentarán seguir mejorando y impresionando a los amantes del vino en los años siguientes.
Las palabras finales dan en el clavo: «Si existe un dominio emblemático del renacimiento cualitativo de Saboya y de su ambición, es este». [La Revue du Vin de France 2024]
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