La ilustre casa vitícola Albert Boxler es una tradición vigorosamente arraigada en el corazón de Alsacia. El testigo de la viticultura y embotellamiento ha sido transmitido desde 1946, legándose a través de las generaciones hasta llegar a las manos del actual protagonista, Jean Boxler, nieto de Albert, quien representa la 3ª generación en este legado familiar.
El arte de la viticultura: La historia de Albert Boxler
El comienzo de la historia de Albert Boxler data de 1946, marca el inicio del embotellamiento en casa y coincide con el debut del creador de sus etiquetas, el artista-pintor primo del abuelo Albert. Un testimonio posicionado en sus botellas que aún no ha cambiado en su diseño; la firma que testimonia el incansable trabajo exquisito en la producción de sus vinos.
Es así que Jean Boxler adquirió este legado, observando primero a sus padres en la labor viticultora, desarrollando sus habilidades degustativas en pro de formar el estilo que más le agradase. La viticultura en casa Boxler es, por tanto, una tradición familiar y, sobre todo, un asunto de la pasión por el vino, apoyada principalmente en la elección acertada de suelos, variedades de vid, material vegetativo y en el tipo de cultivo adoptado.
Además del trabajo meticuloso en los viñedos, la vinificación es otra pieza clave en el rompecabezas de la creación del vino. Como un artista sobre un lienzo en blanco, Jean Boxler ve el vino como un medio de expresión, un rincón lleno de libertades creativas donde puede brotar una idea genuina. Para él, sus vinos deben ser auténticos, precisos, pero sobre todo sinceros.
El placer gustativo figura entre sus prioridades. En los vinos que ama, éste se impregna de elementos como equilibrio, finura, precisión y sobriedad. No está interesado en producir vinos de fácil encanto y explosivos. En lugar de ese enfoque, él prefiere presumir de la persistencia, longitud y materia en sus vinos. Como el mismo ha dicho: “Cualquiera puede hacer vinos seductores y halagadores, pero son contados los vinicultores que logran producir cuvées de alto vuelo con una persistencia infinita, longitud elegante y materia fina, delicada y voluminosa.”
Este delicado baile de precisión y perfección se continúa también en la viña. Sobre los 19 hectáreas de terreno que el dominio posee, la mayor parte de los cultivos se encuentran en los extremadamente empinados viñedos de Sommerberg. Jean se dedica a trabajar cada rincón de la tierra lo más respectuosamente posible, manteniéndose fiel a los principios de la agricultura orgánica desde 2003.
La viticultura respetuosa, la meticulosa selección del material vegetal y el continuo control de la calidad del suelo han llevado al dominio Albert Boxler a alcanzar la cima de la producción de vino en Alsacia. Los aplausos y elogiados por parte de los críticos de vino no hacen más que confirmar esto; en los análisis de los vinos Boxler, las palabras «excepcional», «fascinante», «éxito» y «notable» se repiten una y otra vez. Jean Boxler entiende su trabajo no solo como un negocio, sino también como un arte y se muestra más que digno portador del nombre Boxler.