El reciente nombramiento de Rita Babini como nueva presidenta de la FIVI marca un hito significativo en el sector vitivinícola español. Babini, quien ya había sido secretaria nacional durante los últimos mandatos, asumirá el liderazgo con una clara visión de continuidad, después de que Lorenzo Cesconi decidiera dedicarse a su empresa y familia tras su gestión desde 2022.
Un Liderazgo Consolidado y Visionario
La nueva presidenta, viticultora en la región de Romagna, ha mencionado su compromiso ineludible con los objetivos del gremio. Con su experiencia al frente de la empresa agrícola Ancarani, Babini ha demostrado ser una figura reconocida y respetada en la comunidad vinícola. La prioridad de su mandato no solo se centra en la defensa de los intereses de los vinicultores, sino también en avanzar hacia la reconocibilidad jurídica y la mejora de la representación en consorcios de protección.
Los objetivos que se plantea para su mandato son claros y ambiciosos, y se pueden resumir en los siguientes puntos:
- Reconocimiento de la figura del viticultor: asegurar que su labor sea debidamente valorada y protegida.
- Fortalecimiento de la representación en consorcios: garantizar que las voces de los viticultores sean escuchadas en instancias importantes.
- Simplificación de controles: promover un sistema más eficiente y claro en la gestión de normativas.
- Desarrollo en el ámbito europeo: enfrentarse a los retos que presenta el mercado vitivinícola a nivel comunitario, donde se prevé un aumento de la actividad.
La ambición de Babini es cristalina: “Queremos vivir dignamente de nuestro trabajo”, enfatizó al ser elegida, dejando claro que su ideario se alineará con las expectativas y necesidades del sector. La presidenta entiende que los próximos años serán cruciales para asegurar la sostenibilidad del “métier” vinícola.
El nuevo consejo directivo, que incluye a destacados miembros como Clementina Balter y Francesco Mazzone, representa un equilibrio perfecto entre el renovamiento y la continuidad. Este equilibrio, según los comunicados oficiales, es vital para la evolución de la organización. Los retos que se presentan son considerables, pero la determinación de los elegidos es, sin duda, un signo de esperanza para el futuro del vino en España.