El sector agrícola italiano en 2023: entre el crecimiento y la caída
El paisaje italiano 2023 de la producción agrícola está marcado por tanto alzas como bajas. Según los datos reportados por Nomisma, hemos asistido a un crecimiento del 3% en valor para la producción de productos agrícolas, frente a una disminución del 2% en volumen.
Por otro lado,la cantidad de empresas en el sector cayó un 2,5% con respecto al año anterior, acumulando una contracción del 6,4% en comparación con 2018. Entre estas empresas, el 7,6% son dirigidas por jóvenes emprendedores, mientras que el 28% emplea a trabajadores extranjeros, con una preponderancia de empleados de fuera de la Unión Europea (66%).
Producción de vino: una difícil vendimia
En Italia, la producción de vino en 2023 alcanzó los 38,2 millones de hectolitros, lo que supone una caída del 24% en comparación con 2022. Esto coloca a la producción vinícola italiana de 2023 entre las más bajas del último decenio, debido principalmente a los numerosos eventos climáticos adversos y problemas fitosanitarios que se dieron.
Sin embargo, cabe destacar que la escasa cosecha ha sido compensada por el crecimiento de las existencias de vino, que son las más abundantes de los últimos veinte años. Estas se generaron a partir de 2022 debido a una producción abundante y a una disminución en el consumo de vino.
Nomisma, en su informe sobre la agricultura, apunta a este hecho y destaca una disminución tanto en la demanda nacional como internacional de vino. En este panorama, los vinos fijos, especialmente los tintos, son los que más han sufrido, mientras que los espumosos han resistido mejor.
Sobre el plano del mercado, se ha observado un enfriamiento de la demanda de vino tanto a nivel doméstico como externo. En los supermercados, los consumidores han mostrado una actitud cautelosa, optando por productos en promoción o tipos de vinos más asequibles.
Alto nivel de inflación en el sector agroalimentario
El informe de Nomisma subraya que a pesar de que la inflación ha mostrado una desaceleración, especialmente en la segunda mitad del año, este factor todavía permanece muy alto en el sector alimentario. Esto ha contribuido a un debilitamiento adicional del poder adquisitivo de los italianos que, aunque enfrentan un gasto más alto, han reducido las cantidades compradas. Como resultado, los consumos domésticos de alimentos a valores constantes muestran una contracción del 0,6%, lo que señala un diferencial de casi un 3% en comparación con los niveles anteriores a la pandemia.
Además, el sector está caracterizado por una constante disminución de la financiación bancaria a largo plazo (-5,8% en el último año y -23,5% en comparación con 2018). Según el informe, el 97% de estos préstamos son emitidos a una tasa no favorable y casi la mitad de ellos están destinados a la compra de maquinaria y equipo. Este descenso en los préstamos a empresas agrícolas se debe a políticas bancarias más restrictivas en la oferta de crédito, al crecimiento de las tasas de interés, pero también a una actitud más cautelosa por parte de las empresas al solicitar financiación.