En el universo vinícola de Marlborough, no hay bodega que sobresalga tanto como Clos Henri. Esta joya del vino es propiedad de la familia Bourgeois, de Sancerre, y desde hace 18 años está bajo la gestión de Damien Yvon, quien recientemente nos presentó su nueva gama de vinos. La historia de la familia Bourgeois en Sancerre se remonta a 10 generaciones, desde 1696, y siempre han destacado por su pasión en la creación de vinos de Precisión Sancerre, fieles creyentes en el terroir.
Descubrimiento del Nueva Zelanda
Con el objetivo de explorar nuevos terrenos para el cultivo de Sauvignon Blanc y Pinot Noir, la familia Bourgeois emprendió una exploración de climas fríos al final de los años 80. Durante 10 años, cada año un miembro de la familia exploró un país distinto hasta que finalmente llegaron a Marlborough. Fue aquí donde, en un arrebato de locura decidieron establecerse. En su primera visita en 1999, quedaron maravillados por la cálida bienvenida del país y la diversidad de su terroir: Marlborough cumplía con todos los requisitos.
Una vez identificado el terroir, regresaron con un especialista en terroir de la compañía Sicavac, y después de realizar numerosos estudios del suelo, seis meses después se convirtieron en los orgullosos propietarios de un terreno sin plantar en la zona oeste de Wairau Valley, arropado por las montañas.
La propiedad, que ahora es Clos Henri, se compone de una rica diversidad de suelos atravesados por una falla geológica. «Es un increíble laboratorio para la producción de vinos de terroir» – señala Damien. En la actualidad, la propiedad de 110 hectáreas cuenta con 44 de viñedos, además de alojar ovejas, vacas y bosques. El nombre de Clos es de propiedad neozelandesa, sin embargo, toda la granja está rodeada por una valla de 8 alambres, en lugar de un muro.
La bodega Clos Henri se caracteriza por su postura sobre el cultivo de uva, prohibiendo la compra de las mismas a otras entidades y apostando por la certificación orgánica, uniendo a la bodega a la pequeña fracción de Marlborough que cultiva sus viñedos de esta manera, que actualmente solo representa el 3% de las hectáreas de viñedo que hay en la región.
Recientemente han llevado a cabo cambios en su gama de vinos, con nuevas etiquetas, debido a que las antiguas no ayudaban a contar la historia de la bodega ni su compromiso con la agricultura orgánica y la biodiversidad. Afirman que el cambio es una evolución estilística, sin cambios dramáticos, pero creen que ayudará a transmitir mejor la filosofía de la bodega y sus vinos.
Los vinos están sellados con corchos DIAM y cuentan con una elegante cubierta de cera en el tapón, la cual complementa perfectamente las nuevas etiquetas.