La industria vinícola es una parte esencial de la economía y la identidad cultural de Italia. Cada región aporta algo único al panorama vitivinícola del país, con variaciones significativas en la calidad y el carácter de los vinos producidos en cada una. Adriana y Urs Burkard, han decidido apostar por el enoturismo, haciendo de la viticultura una experiencia más completa para los visitantes de sus viñedos y bodegas. Recientemente, estos emprendedores vinícolas han adquirido la notoria vitivinícola Arillo in Terrabianca, una propiedad ubicada en la famosa región de Chianti.
La apuesta por el enoturismo
Además de la producción vinícola, los Burkard han decidido introducir una nueva dimensión en su negocio: el enoturismo. Esta vertiente del turismo se especializa en la visita y disfrute de las zonas de vinicultura, y permite a los visitantes experimentar de primera mano el proceso de producción del vino. La pareja planea construir una nueva bodega en la propiedad de Radda, diseñada por el arquitecto y escultor suizo, Mario Botta. La estructura será más que una simple bodega: también incluirá un restaurante y un museo en el primer piso, proporcionando una experiencia inmersiva para los visitantes. Del mismo modo, utilizarán el mármol de Rapolano, una piedra local, para la construcción de partes de la estructura. La construcción será, en sí misma, un reflejo del territorio toscano.
La visión de estos empresarios no se limita a la inclusión de turistas en su proyecto. La agricultura ecológica es otro de los elementos clave de la filosofía de la pareja, con la conversión de todos sus terrenos a la producción orgánica. Los Burkard creen en la importancia de dejar a las futuras generaciones un modelo de empresa ecológica, en el que los productos de la tierra sean pródigamente respetados y valorados.
Arillo in Terrabianca, es un verdadero tesoro, con una mezcla única de tres «almas» en una: Terrabianca en Radda en Chianti Classico, Il Tesoro en Massa Marittima en Maremma y Colle Brezza en Pienza en Val d’Orcia. Los singulares atributos de cada viñedo permiten la producción de vinos auténticos con una fuerte identidad territorial.
El impulso de los Burkard por el enoturismo y su compromiso con la sostenibilidad y la excelencia, está revolucionando la industria vinícola de Italia. Su mas reciente apuesta, Arillo in Terrabianca, es un ejemplo brillante de la manera en que una genuina devoción por el vino, junto con un espíritu empresarial visionario, pueden crear una experiencia única y apreciada tanto por los amantes del vino como por los viajeros.