En el universo vinícola francés, el nombre Larmandier-Bernier aparece con una frecuencia cada vez mayor. Este destacado viñedo familiar de la región de Champagne se ha ganado el reconocimiento en todo el mundo por sus sublimes botellas de burbujas. Desde el comienzo de su viaje en 1988 – cuando Sophie Larmandier empezó a gestionar la finca junto a su esposo, Pierre – la pareja ha llevado el domaine a nuevas alturas de excelencia.
El compromiso de los Larmandier-Bernier con la biodiversidad
Para Sophie y Pierre, el matrimonio fue también el comienzo de su revolución vinícola. Alentados por su compromiso con la viticultura sostenible, los Larmandier-Bernier se distanciaron de las técnicas de vinificación química y adoptaron una filosofía de cultivar viñas saludables para obtener vinos de calidad. Siguiendo los pasos de viticultores famosos como Leflaive y Pierre Morey, obtuvieron en 2003 la certificación de viticultura orgánica. Desde 1999, han incorporado prácticas de viticultura biodinámica y ahora utilizan fermentaciones con levaduras indígenas.
Además, para elaborar sus famosos champagnes, cada parcela se recolecta y vinifica de forma separada. El don de singularidad de los Larmandier-Bernier no se detiene ahí. Desde 2017, su hijo Arthur se unió a ellos en la finca, seguido por su segundo hijo, Georges, en 2021.
El cultivo biodinámico
Para aumentar la biodiversidad en sus viñedos, los Larmandier-Bernier trabajan para equilibrar el suelo, asegurando plantas más sanas y una maduración completa de las uvas. La diversidad jugó un papel fundamental en sus planes, priorizando una buena composición del compost y fomentando la presencia de hongos que nutren las vides.
Contrariamente a la práctica común, a los champagnes Larmandier-Bernier se les añade poca cantidad de sulfito y no se exponen al proceso de filtrado. Sophie Larmandier hace hincapié en que la naturaleza crea su propio equilibrio que debe ser respetado para obtener vinos de calidad.
Exclamando las notas del terruño
El viñedo Larmandier-Bernier es reconocido por elaborar vinos puros y enérgicos que resaltan la madurez de sus uvas y la mineralidad de la tierra caliza en la que se cultivan. No prometen un champagne instantáneamente agradable. Pero los burbujeantes sabores y la persistente complejidad de sus botellas descubren gradualmente una experiencia degustativa gratificante.
El futuro parece prometedor para Larmandier-Bernier mientras continúan experimentando y perfeccionando su método de vinificación orgánica. Han comenzado a probar con maceraciones y añejamiento en ánforas, siempre buscando nuevas cuvées para sacar al mercado.
Por último, el consejo certero de Sophie Larmandier para todos los amantes del vino: “Disfruta de nuestros champagnes acompañados de quesos curados como el comté y el parmesano, cuyos cristales de sal realzan maravillosamente bien el sabor de nuestros vinos”.