El proyecto Ibervitis busca revolucionar la viticultura en España y Portugal con la implantación de viñedos policlonales. Siete variedades autóctonas ibéricas forman parte de este plan científico y tecnológico que pretende mejorar la resiliencia de la vid frente al cambio climático y garantizar vinos con mayor complejidad y estabilidad en el futuro.
Tras dos años de trabajo, el consorcio avanza hacia la fase clave de implantación de los viñedos base policlonales. Bodegas La Horra lidera un equipo internacional en el que participan bodegas españolas y portuguesas, junto a entidades científicas, con apoyo de programas europeos de innovación. El horizonte es claro: un modelo vitivinícola adaptado a escenarios adversos y sostenibles en el tiempo.
Un proyecto ibérico para un reto global
Ibervitis nació como un proyecto de cooperación tecnológica internacional en el marco del Programa Multilateral EUREKA. Su meta es sentar las bases científicas y prácticas de una viticultura más resistente, diversa y capaz de responder a los desafíos del presente y del futuro.
El consorcio está formado por las españolas Bodegas La Horra, coordinadora del proyecto, Bodega Paco & Lola y Bodega Numanthia, junto al grupo portugués Sogrape y la asociación PORVID, dedicada a la conservación de la vid en Portugal. Esta alianza refleja la importancia de una estrategia ibérica común para proteger y revalorizar el patrimonio varietal.
Las variedades implicadas son auténticas joyas del viñedo ibérico: albariño, godello, rufete y tempranillo en España; arinto, sercial y rabo de ovelha en Portugal. Todas ellas forman parte de una apuesta que une tradición, ciencia y futuro.

Dos años de avances en campo
Durante los primeros 24 meses, las bodegas participantes llevaron a cabo el proceso de selección en campo del material vegetal. Cada una utilizó diferentes estrategias según las condiciones de sus viñedos y las características de su entorno.
El trabajo ha permitido identificar clones que presentan comportamientos diferenciados y útiles para afrontar situaciones de estrés hídrico, resistencia a enfermedades, desajustes de acidez o exceso de grado alcohólico. Este proceso garantiza que los futuros viñedos policlonales no dependan de un único perfil genético, sino que combinen varios para maximizar la adaptación.
Los resultados preliminares muestran un potencial enorme para mejorar la maduración de la uva, equilibrar acidez y polifenoles y aportar diversidad aromática, logrando vinos más estables y complejos enológicos a lo largo de distintas añadas.
Viñedos policlonales, una respuesta al cambio climático
La principal innovación de Ibervitis reside en la creación de viñedos policlonales, formados por diferentes clones de la misma variedad. Esta estrategia busca evitar la uniformidad genética excesiva que hace más vulnerables a los viñedos frente a plagas, enfermedades o fenómenos meteorológicos extremos.
La mezcla clonal permitirá a los viticultores contar con una mayor resiliencia, aportando también un plus en calidad enológica. Se espera que estos viñedos ofrezcan complejidad organoléptica, perfiles más estables y vinos capaces de mantener su identidad incluso en condiciones adversas.
En un contexto de cambio climático, con temperaturas en ascenso y fenómenos extremos más frecuentes, la diversidad genética se convierte en un seguro frente a la incertidumbre. Ibervitis plantea, por tanto, una adaptación que no renuncia a la tradición, sino que la enriquece.
En un momento clave del desarrollo
Con la selección en campo finalizada, el proyecto entra ahora en la fase de implantación de los viñedos base policlonales. Se trata de un paso decisivo, ya que marcará la capacidad real de esta estrategia para generar resultados medibles y transferibles al sector.
Este proceso se prolongará hasta finales de 2026, momento en el que se espera contar con datos sólidos sobre el comportamiento de los viñedos en distintas condiciones de cultivo. La complejidad de los trabajos es elevada, puesto que cada bodega ha seleccionado un número diferente de clones en función de sus necesidades específicas.
La implantación será clave para evaluar si la teoría científica se traduce en beneficios prácticos: mayor resistencia, estabilidad productiva y una mejor adaptación enológica a los nuevos retos del sector.
Ciencia y cooperación para el vino del futuro
Ibervitis se apoya en la metodología desarrollada por la investigadora Elsa Gonçalves, de la Universidad de Lisboa, cuyos estudios previos han demostrado el potencial del policlonalismo en la viticultura. Su trabajo científico sirve de base para la aplicación experimental en las bodegas participantes.
El proyecto cuenta con apoyo financiero de la Unión Europea, a través del CDTI Innovación y los fondos FEDER, dentro del Programa Operativo plurirregional de Crecimiento Inteligente 2021-2027. Esta inversión europea refleja la importancia estratégica de Ibervitis como modelo de innovación agraria y resiliencia climática.
La combinación de ciencia, cooperación empresarial e inversión institucional convierte a Ibervitis en un hito para la viticultura ibérica, con impacto potencial más allá de la península, ya que el modelo podría aplicarse en otras regiones vitícolas afectadas por desafíos similares.
Un reto para la viticultura moderna
La ambición de Ibervitis va más allá de la técnica. El proyecto busca asegurar la identidad de las variedades autóctonas al tiempo que refuerza su capacidad de adaptación. Se trata de una apuesta por el futuro del vino ibérico, donde la diversidad genética y la innovación se convierten en aliados de la sostenibilidad.
La pregunta es si estos viñedos policlonales serán capaces de convertirse en un estándar para la viticultura del siglo XXI. Si logran cumplir lo que prometen, podrían abrir un camino hacia vinos más resistentes, complejos y auténticos, garantizando que la tradición vitivinícola de la península siga viva en un mundo en transformación.