El Monte Real Cepas Viejas 2022 ha sido reconocido como el Mejor Vino de Autor por debajo de 20 libras en los prestigiosos Rioja Masters. Un galardón que lo sitúa como un referente internacional y que, además, lo convierte en el compañero perfecto para recibir los primeros fríos del año. Un vino accesible, elegante y con pedigrí riojano.
Con un color intenso, aromas frescos y un sabor envolvente, este tempranillo se presenta como la opción ideal para acompañar tardes de abrigo y conversaciones largas. Es el equilibrio entre tradición y modernidad en una copa.
El premio que lo distingue
El reconocimiento en los Rioja Masters, organizados por la revista británica The Drinks Business, no es un detalle menor. Este concurso es uno de los más valorados del sector, y seleccionar a Monte Real Cepas Viejas 2022 como Mejor Vino de Autor por debajo de 20 libras habla tanto de su calidad como de su extraordinario valor.
Los jueces destacaron su capacidad para ofrecer una experiencia sensorial rica y sofisticada sin necesidad de un precio prohibitivo. Esa combinación de accesibilidad y excelencia es lo que lo convierte en un vino especial, capaz de conquistar a expertos y consumidores por igual.
El carácter del Monte Real Cepas Viejas 2022
Monte Real Cepas Viejas 2022 es un tempranillo que impresiona desde la primera mirada. Su color profundo refleja la fuerza de las viñas de las que proviene. En nariz, despliega aromas de frutos rojos frescos, mientras que en boca se perciben notas de chocolate blanco, cerezas y grosellas.
La textura aterciopelada y el paso suave invitan a prolongar cada sorbo. Su crianza corta le otorga el punto justo de complejidad, sin avasallar ni ocultar la frescura de la fruta. Es un vino que se disfruta con facilidad, pero que al mismo tiempo deja huella en la memoria.
La herencia de Bodegas Riojanas
Detrás de este vino hay una historia de casi un siglo. Bodegas Riojanas, fundada en 1933 en Cenicero (Rioja Alta), ha sido siempre sinónimo de calidad y tradición. Con Monte Real Cepas Viejas 2022, la bodega demuestra que sigue fiel a su herencia, pero sin renunciar a la innovación.
La gama Vanguardia, a la que pertenece este vino, es la muestra de cómo la marca sabe adaptarse a los tiempos. Es tradición renovada, un puente entre la historia riojana y las tendencias actuales.
Un vino con reconocimientos internacionales
El Rioja Masters no ha sido el único escenario donde Monte Real Cepas Viejas 2022 ha brillado. Esta añada ha recibido 92 puntos en varias guías de prestigio, como la Guía de Vinos Gourmets, la Guía del Vino Cotidiano, la revista Wine Enthusiast y la Guía 365 Vinos Al Año de Vivir el Vino.
Estos reconocimientos reafirman que no se trata de una casualidad. La consistencia en los premios demuestra que es un vino sólido, fiable y de calidad contrastada. Es la mejor prueba de que la excelencia no siempre tiene que estar acompañada de un precio inalcanzable.
El aliado perfecto para el otoño
Con la llegada de los días más cortos y las primeras tardes de chaqueta, un vino como Monte Real Cepas Viejas 2022 se vuelve imprescindible. Su calidez, su frescura aromática y su suavidad lo convierten en el mejor compañero para combatir el frío.
Cada copa evoca los tonos ocres y rosados de los viñedos riojanos en otoño, transportando la imaginación a paisajes cubiertos de hojas caídas y brisas frescas. Su magia reside en su poder de trasladar el viñedo directamente a tu copa, en el momento que elijas.
Un brindis por los momentos compartidos
Monte Real Cepas Viejas 2022 no es solo un vino premiado. Es una invitación a disfrutar, a compartir y a encontrar belleza en lo cotidiano. Su éxito internacional confirma lo que muchos ya sabían: que los vinos de Rioja siguen siendo un símbolo de autenticidad y excelencia.
Al abrir una botella, se abre también una oportunidad para reconectar con los sabores de siempre, reinterpretados para el presente. Porque, al final, lo importante no es solo lo que bebes, sino con quién lo compartes.
Monte Real Cepas Viejas 2022: un vino para celebrar el otoño, para brindar por la vida y para saborear el tiempo.
