La industria del vino se ve sacudida por una creciente demanda de variedades con bajo o nulo contenido en alcohol. Estos productos, separados de los vinos tradicionales, y a menudo referidos como ‘Nolo’, están atrayendo a consumidores interesados en opciones más saludables y en sintonía con sus estilos de vida. De hecho, en Estados Unidos, el mercado Nolo ya ha superado el valor de un billón de dólares, y en Italia, el 36% de los consumidores están interesados en estas alternativas.
Esta tendencia ha generado un intenso debate, especialmente tras los recientes comentarios del ministro de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques italiano, Francisco Lollobrigida, en la conferencia Vinitaly. Lollobrigida instó a mantener separados estos productos del vino tradicional, una afirmación que ha causado fricciones con las empresas y asociaciones vitivinícolas italianas.
Los dealcoholizados y el mercado italiano
El mercado italiano ve una creciente demanda de estos productos dealcoholizados. El hecho de que aproximadamente un millón de personas estén interesadas en ellos muestra que este sector no es algo a lo que se deba restar importancia.
Pese a esto, la producción en Italia se ve obstaculizada por ciertas regulaciones. Actualmente, las empresas italianas no pueden elaborar estos productos en sus establecimientos vitivinícolas, lo que significa que aunque estos vinos pueden circular en Italia como en el resto de la Unión Europea, los productores italianos no pueden fabricarlos.
Este hecho ha llevado a algunas empresas italianas a buscar alternativas, incluso a llegar a la desalcoholización en el extranjero para satisfacer las demandas del mercado. Este desafío regulatorio está generando perjuicio al sector vitivinícola italiano, que ve cómo sus vinos sin alcohol superan el rendimiento del mercado en los Estados Unidos.
Además, esta tendencia también está influenciada por un cambio demográfico en los Estados Unidos, donde la población blanca está disminuyendo en favor de otras etnias, como los hispanos, que tienden a favorecer menos el consumo tradicional de vino, según un informe de UIV.
Un factor adicional a tener en cuenta es el creciente interés de la generación más joven en estos productos. Esta generación, conocida como la ‘generación Z’, está mostrando un gran interés en los productos que pueden atender a un público ‘sober curious’ cada vez más numeroso. Aquí es donde se ve una oportunidad para Italia de entender que un producto no sustituye al otro y de explorar opciones que podrían resultar muy interesantes.
