El vino recupera su trono en el paladar francés
En 2023, cedió su puesto a la cerveza, pero la supremacía del vino volvió a ser indiscutible en 2024. El vino ha recuperado la posición de la bebida más querida de Francia, con una notable preferencia por el blanco, particularmente el bordelés. Según los resultados de un importante estudio de Sowine/Dynata publicado recientemente, la cerveza quedó en el pasado y el vino vuelve a ser la primera opción para el 60% de los franceses.
Cambios en las preferencias de consumo
El estudio también destacó el incremento del consumo de vino entre las mujeres (+7 puntos porcentuales con respecto a 2023), los jóvenes de 18 a 25 años (+6 puntos) y los que tienen entre 26 y 35 años (+14 puntos). Asimismo, se mantuvo la posición del champagne, que se sitúa en tercera posición con un notable aumento de preferencia entre los jóvenes de 18 a 25 años (+7 puntos).
El vino blanco continúa como la primera elección, por delante del rosado y del tinto. Esta tendencia también se reflejó en las subastas de iDealwine en 2023, con un aumento del 19% en el número de botellas de vino blanco adjudicadas. Además, su consumo se asocia más a momentos de aperitivo y ocio con amigos, mientras que el tinto se disfruta más en familia y durante las comidas.
Variedad en gustos y tendencias
Los varietales favoritos entre los franceses reflejan la diversidad del vino que se disfruta en el país: el chardonnay (39%), el pinot noir (28%), el merlot (27%), el cabernet sauvignon (23%), el riesling (19%) y el sauvignon blanco (17%). Es interesante destacar que cada varietal tiene distintos perfiles de consumidores. Por ejemplo, el cabernet sauvignon es más popular entre las mujeres (26% frente al 20% de los hombres) y el sauvignon blanco es preferido por los jóvenes (25% frente al 11% de las personas de 50-65 años).
Por otro lado, las bebidas No-Low, aquellas con poco o sin alcohol, han visto disminuir su parte de mercado a un 28%. Y el porcentaje de franceses que no consumen alcohol ha descendido a un 14%.
En resumen, los patrones de consumo de vino en Francia están cambiando, pero su lugar en el corazón de sus ciudadanos parece inalterable. Al tomar su próximo vaso, recuerde que pertenece a una tradición venerada, que une lo viejo con lo nuevo y siempre busca una forma de celebrar el día a día.