Japón lo ha vuelto a hacer. Cuando creíamos que lo habíamos visto todo en el mundo de las bebidas exóticas, llega algo que nos deja con la boca abierta: el vino de cebolla. Sí, has leído bien. En ciertas regiones del país, los productores han encontrado una forma de fermentar cebollas y convertirlas en una bebida alcohólica que, aunque suene repugnante, está causando sensación. Pero, ¿cómo es posible? ¿Quién en su sano juicio pensaría en fermentar cebollas para obtener un vino? Pues parece que los japoneses han encontrado la fórmula para transformar lo impensable en un éxito.
Porque esto no es un simple experimento de laboratorio ni una moda pasajera: el vino de cebolla japonés ya está en el mercado, se vende en tiendas especializadas y hasta se sirve en algunos restaurantes de lujo. Y por si fuera poco, tiene defensores que aseguran que no solo es bebible, sino que es incluso sabroso. ¿Será verdad o estamos ante el engaño gastronómico del siglo?
¿Cómo es posible que exista un vino de cebolla?
El mundo de las bebidas fermentadas nos ha dado de todo: vino de arroz (sake), cerveza de plátano, licor de cangrejo e incluso whisky con sabor a pulpo. Pero hasta ahora, nadie se había atrevido a transformar la cebolla en un vino. Y, sin embargo, en Japón lo han conseguido.
Para entender cómo funciona este proceso, hay que recordar que el vino tradicional se elabora fermentando los azúcares de la fruta (como las uvas). Pero en este caso, los productores japoneses han desarrollado una técnica que permite extraer los azúcares naturales de la cebolla a través de un proceso especial de cocción y fermentación. El resultado es un líquido dorado, de aroma dulce y sabor sorprendentemente complejo.
Según sus creadores, el vino de cebolla no sabe exactamente a cebolla cruda, algo que de solo pensarlo podría dar escalofríos. En su lugar, tiene un sabor suave, con un toque dulce y notas umami que recuerdan a ciertos vinos blancos o incluso al sake. Algunos expertos en gastronomía lo describen como “inusual pero interesante”.
Pero claro, esto sigue dejando muchas preguntas en el aire. ¿Es realmente una bebida agradable o solo un invento extravagante más?
¿A qué sabe el vino de cebolla?
Esa es la gran incógnita. Porque, seamos honestos, si hay algo que no queremos cuando bebemos una copa de vino es que huela y sepa a cebolla. Sin embargo, las personas que ya lo han probado aseguran que es mucho más refinado de lo que suena.
Algunos lo describen como una versión más suave y afrutada del sake, con un toque ligeramente dulce y un retrogusto que recuerda al caldo de verduras. Otros, en cambio, dicen que tiene un regusto extraño que no termina de convencer. ¿Conclusión? Probablemente es una de esas cosas que hay que probar uno mismo para decidir si es un acierto o una aberración.
Lo que sí es cierto es que los productores han tratado de darle una identidad propia, presentándolo en elegantes botellas de diseño minimalista y vendiéndolo como una bebida de lujo. No es barato: una botella puede costar entre 20 y 50 euros, dependiendo de la marca y la región de producción.
¿Moda pasajera o revolución enológica?
En Japón están acostumbrados a desafiar las normas gastronómicas y lanzar productos que parecen imposibles. Hemos visto desde Coca-Cola transparente hasta cerveza de leche, pasando por helados de tinta de calamar y Kit-Kats con sabor a wasabi. ¿Es el vino de cebolla una más de estas excentricidades que en unos meses nadie recordará? ¿O estamos ante una bebida que realmente tiene futuro?
Por el momento, las redes sociales están en llamas con reacciones de todo tipo. En Twitter y TikTok ya circulan vídeos de valientes que han decidido probarlo, con opiniones que van desde “delicioso” hasta “una de las peores cosas que he probado en mi vida”. Entre los comentarios más repetidos, encontramos frases como:
- “Pensé que iba a ser un asco, pero es sorprendentemente bueno”.
- “Es como un sake con un toque dulce… pero con la esencia de un caldo de cebolla”.
- “No sé si me gusta o si mi cerebro está en shock”.
- “Nunca pensé que bebería cebolla fermentada, pero aquí estamos”.
Las críticas también han llegado desde el mundo de la enología tradicional, donde muchos consideran que este producto no puede llamarse “vino”, ya que no se elabora a partir de uvas. Pero los japoneses han ignorado estas objeciones y lo están vendiendo como una innovación en el mundo de las bebidas fermentadas.
¿Dónde se puede comprar el vino de cebolla?
Por ahora, este curioso vino solo está disponible en algunas regiones de Japón y en tiendas especializadas de Tokio. Sin embargo, ya hay empresas interesadas en exportarlo a otros países, lo que significa que podría llegar pronto a Europa y América.
Algunos restaurantes de alta cocina en Japón han comenzado a incluirlo en sus menús de maridaje, especialmente con platos de pescado, mariscos y cocina vegetariana. Y si la tendencia sigue creciendo, no sería raro verlo en tiendas gourmet dentro de poco.
Pero la gran pregunta sigue en el aire: ¿realmente es una bebida con potencial o solo una rareza pasajera? Solo el tiempo lo dirá. Lo que está claro es que, nos guste o no, el vino de cebolla ha llegado para sorprendernos. Y quién sabe, quizás dentro de unos años estemos brindando con una copa de este extraño brebaje sin siquiera pestañear.