Los vinos espumosos son un clásico que suele asociarse con celebraciones y ocasiones especiales. Pero más allá de Cava y Champagne, existen diferentes tipos de espumosos, o técnicas de elaboración de éstos, cada uno con su sello característico y ofreciendo experiencias gustativas únicas.
Tres métodos para tres perfiles
Método Tradicional o Champenoise. Esta técnica es utilizada por los grandes espumosos del mundo como el Cava y el Champagne. Se caracteriza por un proceso donde el vino realiza una segunda fermentación en botella, lo que permite que el CO2 quede retenido en su interior. Tras esta segunda fermentación, se deja envejecer en bodegas subterráneas donde se realiza un proceso de removido y degüelle. Para equilibrar el sabor se añade una porción de licor de expedición (dosage), un delicado equilibrio de vino y azúcar, y finalmente se sella con el corcho final. Este proceso aporta una notable complejidad de matices y finura a las burbujas del espumante.
Método Ancestral. También conocidos como pet-nats, los vinos espumosos elaborados con este método son los más antiguos que se conocen, incluso más que los champenoise. Su singularidad radica en que la fermentación se realiza a mitad del proceso, permitiendo que el gas generado se convierta en burbujas al quedar atrapado en la botella. No se añade azúcar en este proceso. Los vinos resultantes son frecuentemente frescos y frutales, con un matiz único aportado por su vinificación más natural.
Método Charmat o Tanque. También llamado método italiano o gran vas, se realizan las dos fermentaciones dentro de grandes tanques de acero. Una vez completadas, se filtra y se embotella a presión. Migra al método Charmat por su elaboración a gran volumen a un costo menor. Estos vinos resultantes suelen tener un marcado carácter de fruta fresca.
Cada uno de estos métodos entrega un sello distintivo a la elaboración de los vinos espumosos, marcando reacciones y expectativas en los paladares de los catadores, tesoro celosamente custodiado por bodegueros y amantes del vino por igual, que descubrirán en cada método una experiencia única. Uno podría decir que en cada burbuja se condensa la pasión y dedicación de los viñateros a lo largo de los años, evolucionando y perfeccionando sus técnicas de fermentación para entregar lo mejor de cada caldo.