Las creencias populares, a menudo sin base científica, suelen invadir ámbitos tan diversos como el de la medicina, el deporte o la gastronomía. Es precisamente en este último donde me gustaría centrar nuestra atención hoy, puesto que hay equivocaciones muy frecuentes en la comprensión del vino blanco. Misión de estas líneas, por tanto, es desmontar algunos mitos arraigados y habituales sobre esta venerada bebida.
Desmontando leyendas sobre el vino blanco
Falso supuesto número uno: El vino blanco solo procede de uvas blancas. Si bien es cierto que la mayoría de los vinos blancos se producen con este tipo de uva, no es una regla inflexible. El tono de un vino, de hecho, viene determinado por el proceso de fermentación y maceración, no por el color de la uva con la que se produjo. Es posible, por ende, obtener un vino blanco a partir de uvas tintas, siempre que se evite que los pigmentos de las pieles teñan el mosto durante el proceso de elaboración.
El vino blanco solo acompaña a marisco y pescado. Este tópico comprende otro error extendido en la cultura popular. Aunque es cierto que este maridaje es tradicional y suele ofrecer resultados satisfactorios, los vinos blancos, por su diversidad y versatilidad, pueden armonizar con una amplia gama de recetas. Existen variedades suaves y frescas que maridan perfectamente con ensaladas y mariscos, pero también vinos blancos de cuerpo más robusto adaptados a platos más contundentes y cremosos.
El vino blanco siempre debe servirse muy frío. Este es el otro gran mito que rodea al vino blanco. Si bien es cierto que la frescura puede resaltar ciertas notas aromáticas y gustativas, no todos los vinos blancos necesitan servirse a temperaturas extremadamente bajas. Servir un vino blanco demasiado frío puede apagar sus sabores y matices más delicados. Por tanto, es importante tener en cuenta la temperatura recomendada de servicio según la variedad y el estilo del vino blanco que se vaya a servir.
En resumen, el vino blanco ofrece una gran riqueza que va más allá de los estereotipos y las concepciones erróneas. Al conocer y entender mejor sus particularidades, podemos disfrutar aún más de esta inigualable bebida. Ahora bien, ¿qué os parece descorchar una botella y disfrutar de ella mientras seguimos desvelando sus misterios?