Explorando el vino: Cómo discernir la calidad y el sabor
El universo del vino suele ser tan fascinante como a veces controvertido, especialmente cuando se trata de discernir y debatir acerca de la calidad de un vino en particular. Seguro que alguna vez te has topado con críticas o evaluaciones que te han dejado perplejo, o que has discutido respecto a la calidad de ciertas bodegas. Como diría un conocedor, el mejor vino siempre será el que te guste más, especialmente si, por ejemplo, se trata de la D.O. Rías Baixas. Pero, qué tal si te decimos que existen métodos objetivos para medir la calidad de un vino durante una cata, ¿te interesa conocerlos? ¡Vamos allá!
La cata: discriminando entre vinos de calidad y vinos mediocres
No siempre es cuestión de preferencias. Hay un proceso, una serie de pasos y factores, que permite durante la cata distinguir un vino de calidad de uno que no lo es. No obstante, en cualquier análisis sensorial, siempre habrá un componente subjetivo en la evaluación. Pero con tiempo y práctica, podrás afinar tu olfato, vista y gusto para convertirte en un experto catador de vinos.
La cata es una herramienta que permite medir la calidad de un vino basándose en su estilo y tipo. En la sede del Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas, por ejemplo, llevan a cabo catas programadas como parte esencial de su proceso de control de calidad.
Calidad de un vino: ¿Qué es lo que debemos buscar en un buen vino?
Ahora bien, ¿cuáles son los indicadores de calidad de un vino durante una cata? La calidad de un vino se somete a juicio en base a cuatro elementos principales.
1. La intensidad: Se evalúa tanto el aroma del vino como su sabor durante la cata. Un vino de intensidad alta será aquel cuyos aromas sean perceptibles a cierta distancia de tu nariz, incluso con la copa en reposo.
2. La complejidad aromática: Mide la riqueza y variedad de aromas y sabores en un vino. Un vino complejo puede tener aromas frutales, florales o minerales, generados durante la vinificación o derivados del envejecimiento del vino.
3. La persistencia en boca: Es el tiempo que se mantiene el sabor agradable del vino en la boca después de tragar o, en caso de ser una cata, escupir. Un vino se considera de larga persistencia cuando su sabor permanece durante más de un minuto.
4. El equilibrio: Es quizás el factor más importante. El equilibrio de un vino se valora en términos de alcohol, cuerpo o estructura, taninos (especialmente en vinos tintos) y la persistencia en boca.
Entonces, ¿cómo reconocemos a un vino equilibrado? Se considera equilibrado un vino cuando estos aspectos se encuentran en armonía, sin que uno enmascare al otro.
Los vinos pertenecientes a la D.O. Rías Baixas son ejemplos de calidad y equilibrio, avalados por su Consejo Regulador de la Denominación de Origen, consolidando la alta calidad de sus vinos.
Recuerda, la próxima vez que te encuentres disfrutando de una copa de vino, utiliza estos consejos para apreciar no solo su sabor, sino también su calidad, y, quién sabe, podrías descubrir una nueva pasión por la cata de vinos.