En el corazón de Franciacorta, se encuentra una vitivinícola joven y vibrante que destaca por su compromiso con la excelencia y la sostenibilidad: Corte Aura. Con origen en 2009, la bodega rápidamente se ha establecido como una referencia respetada en la región, todo gracias a la calidad inigualable de sus vinos espumosos y a su enfoque productivo, que antepone el valor del terruño y el equilibrio natural de la viña.
Corte Aura: Una trayectoria ascendente
Corte Aura, situada en Adro (BS), es la realización del sueño de su fundador, Federico Fossati, quien dejó una exitosa carrera en consultoría de empresas para entregarse plenamente a su pasión: la viticultura. Fascinado por el potencial de Franciacorta, Fossati adquirió y remodeló un antiguo edificio rural, convirtiéndolo en la vinícola actual.
Además, Fossati logró adquirir hasta 18 hectáreas de viñas ubicadas en los terrenos con mayor vocación vitivinícola en nueve municipios de Franciacorta. Desde sus inicios, la meta ha sido clara: producir espumosos de calidad superior que reflejen la autenticidad y singularidad del territorio. Este ideal no hubiera sido posible de alcanzar sin la valiosa contribución de Pierangelo Bonomi, enólogo que cuenta con más de 35 años de experiencia en la producción de vinos espumosos de alta calidad.
Bonomi ha logrado combinar sus profundos conocimientos de las características y potencialidades de las diversas zonas de Franciacorta con la filosofía general de la casa para dar lugar a vinos excepcionales. En 2010, Corte Aura lanzó al mercado su primera producción.
Un firme compromiso con la sostenibilidad
En Corte Aura, se sigue un enfoque que va «más allá de lo lento», uno que se basa en el respeto por los ritmos de la naturaleza y la mínima intervención. Cada paso del proceso de producción se supervisa con gran atención, empleando principios de agricultura orgánica para obtener uvas saludables y aromáticas. Durante la elaboración, se asegura que las uvas sean tratadas con sumo cuidado, realizando fermentaciones lentas y prolongadas sobre las lías para conferirle una particular complejidad y armonía a los vinos. Este enfoque sostenible se refleja también en su símbolo, una tortuga, representando la paciencia, meticulosidad y longevidad que caracterizan la producción de Corte Aura.
Sin duda, Corte Aura ha logrado marcar una diferencia en la región de Franciacorta a través de su compromiso y pasión en la producción de vino, ofreciendo a los amantes de estos una experiencia gustativa de auténtica excelencia. La bodega Corte Aura es, en definitiva, un pequeño tesoro en el corazón de Franciacorta que, con sus procesos orgánicos y su profundo respeto hacia la naturaleza, simboliza el potencial de lo que la viticultura puede ofrecer cuando se le da tiempo y se le cuida con pasión.