La aclamada industria vinícola de Italia ha estado bajo el foco de atención recientemente tras las modificaciones recientes a los estatutos de los productores de dos grandes nombres de su sector: el Barolo y el Barbaresco. Las propuestas de alteración fueron aprobadas por la mayoría del gremio, un hecho que puede cambiar el juego en la tradicional zona vinícola de Langhe y Dogliani.
Adaptaciones a las normas de elaboración y venta
Los productores de Barolo y Barbaresco han ratificado varias reformas a los estatutos de producción presentadas a lo largo de este año por el influyente Consorzio di Tutela Barolo Barbaresco Alba Langhe e Dogliani. Uno de los cambios más notables es la limitación de la zona de embotellamiento para el Barolo y el Barbaresco.
En el caso del Barolo, se registró un respaldo del 71,15% de los productores para la superficie y del 66,95% para el embotellamiento. Por su parte, el Barbaresco obtuvo la aprobación del 67,92% de los productores para la superficie y del 63,97% para el embotellamiento.
Entre otras enmiendas, se validó la integración de formatos de mayor tamaño para el Barbaresco. Dicha alteración autoriza a los productores a utilizar formatos de hasta 18 litros para la venta, algo que hasta la fecha solo estaba permitido para uso promocional. Esta iniciativa ya se está implementando para los vinos envasados en recipientes de hasta 6 litros. Para esta propuesta, el 67,22% de los productores votó a favor de la superficie y el 65,23% para el embotellamiento.
Los cambios necesitaban la aprobación de productores que representaran conforme a la normativa al menos el 66% de la superficie total de las viñas inscritas en la denominación y, también, al menos el 51% de la producción embotellada en el último bienio para ser aprobados.
A pesar de que los productores votaron a favor de estas modificaciones, otras propuestas de cambio a los estatutos del Barolo y del Barbaresco no alcanzaron el quórum requerido por la normativa. Este hecho evidencia que, pese a la aprobación de algunas modificaciones, la tradición vinícola de Langhe y Dogliani sigue poseyendo un papel determinante en las decisiones del sector. Sin duda, estas novedades marcarán un antes y un después en el panorama de los vinos italianos.